Objetividad contra subjetividad: el combate

clases de canto objetivas o subjetivas

El arte es subjetivo, no hay correcto o incorrecto, se puede estar en acuerdo o en desacuerdo, y una obra de arte no es fácil de reproducir.

Las matemáticas son objetivas, sólo hay correcto o incorrecto, te gusten o no, no puedes estar en desacuerdo con que 2 + 2 son 4, y el proceso es perfectamente reproducible, una y otra vez.

Está claro que cuando quieres que algo sea preciso y sistemático, es mejor que lo enfoques como si fueran matemáticas en vez de arte, con objetividad.

Entonces… ¿por qué los profesores de canto siguen empeñados en usar la subjetividad para entrenar voces?

No estoy seguro de saber la respuesta, pero sí que puedo explicarte cómo una clase de canto enfocada de manera objetiva gana siempre a una clase de canto enfocada de manera subjetiva, en sólo 3 asaltos.

Primer asalto: las malinterpretaciones no tienen cabida en una clase de canto

Por definición, las directrices subjetivas dan pie a que cada persona las interprete a su manera.

Si te dicen “canta desde el diafragma”, ¿qué entiendes tú?

Tómate un segundo y busca tu respuesta.

Lo que yo podría interpretar, por ejemplo, es que tengo que hacer fuerza hacia dentro con la barriga mientras canto.

Puede que hayamos pensado lo mismo, puede que no, pero no importa, porque otra característica de la subjetividad es que puede cambiar con el tiempo.

Cuando yo empecé a recibir clases de canto y me decían que cantara con el diafragma, lo que hacía era hacer fuerza con los músculos abdominales.

En cambio, si yo te pido que bajes el volumen, no hay mucho que interpretar. Sencillamente baja el volumen.

Segundo asalto: tu profesor de canto debe saber si lo has hecho bien o no

Cuando te dicen tienes que sentir el sonido en la máscara, te están pidiendo que sientas algo en un lugar en concreto de tu cuerpo.

La palabra clave en esta frase es TU.

Tu profesor de canto no tiene forma humana de saber si estás sintiendo lo que él o ella quiere que sientas, y se tiene que fiar de tu palabra.

No digo que vayas a mentir, pero si estás estudiando con un profesor es para que te corrija cuando lo haces mal y para que te confirme cuándo lo haces bien. En eso consiste un proceso de aprendizaje.

Es que si lo piensas bien, ¿qué diferencia hay entre hacer este tipo de clases de canto y hacer ejercicios que puedes ver en YouTube o en un libro? Ambos dependen de tu criterio para discernir lo que está bien y mal.

¿Dónde queda entonces la importancia de la experiencia del profesor de canto? ¡Queda anulada! Da igual que te enseñe alguien que se ha leído un libro donde se explique cómo se debe sentir el canto o que te enseñe un profesor con 20 años de experiencia.

En cambio, si te pido que utilices un tipo de vocal A en concreto (por ejemplo, la Ə en lenguaje IPA) sabré inmediatamente si lo estás haciendo o no, sabré si la estás pronunciando correctamente y podré corregirte sin tener que preguntarte nada.

Tercer asalto: los resultados deben ser replicables

¿Qué pasa cuando no sientes lo que tu profesor de canto te está pidiendo? ¿Qué puedes cambiar para sentirlo?

El recurso utilizado por los profesores de canto que enseñan así suelen ser más subjetividad: imagina que tu voz sale por los ojos, imagina que estás llamando a alguien que está muy lejos, etc.

¿Qué pasa cuando sí lo sientes pero no te funciona?

Por ejemplo, para cantar notas agudas tienes que sentir la voz “en la máscara”, pero tú no lo sientes… vale… ¿qué hacemos a partir de aquí? Si estás sintiendo lo que te dicen que tienes que sentir pero no te funciona… ¿cómo lo arreglas?

Lo interesante de un método de canto es que permita poder conseguir los mismos resultados en cada persona.

La subjetividad hace que esto pueda no ocurrir, porque se basa en que todos sentimos igual y que todos vamos a reaccionar igual a las mismas directrices, pero esto no es así.

Si alguien te dice que envíes tu voz a tu nariz para llegar a las notas agudas puede ser que lo intentes hacer estirando el cuello, o haciendo tu voz nasal, o enviando más presión de aire, o puede ser que liberes tu voz.

3 de los 4 posibles resultados que te acabo de enumerar están mal, y no he escrito todos los que se me han ocurrido…

El caso es que es una cuestión de azar, de cómo reacciona la persona a esa directriz.

En cambio, si yo te pido que utilices la sílaba GU, puedo ver si estás haciendo GU, o GO, o si tu mandíbula se clava, o si tus labios no se colocan correctamente, o si no pronuncias bien la G.

Esto me permite corregir todo lo necesario para obtener la posición adecuada de tu tracto vocal, lo cuál te permitirá acceder más fácilmente a las notas agudas, y una vez está todo corregido, el resultado aparece.

Esto me permite replicar el resultado una y otra vez sin importar con quién, porque lo que estoy haciendo es hacer que los músculos de tu tracto vocal trabajen acorde con las leyes de la voz, y las leyes de la voz son las mismas para todos nosotros.

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