¿Has escuchado el refrán matar moscas a cañonazos?
Se refiere a utilizar demasiada artillería para algo pequeñito.
Siempre lo he encontrado muy apropiado para ejemplificar el trabajo con la voz, porque las cuerdas vocales son muy pequeñitas y no solemos tenerlo en cuenta.
¿Cómo se trabaja con algo tan pequeñito?
¡Con una pistola de agua!
¿Por qué hay personas que fuerzan la voz?
Suele ser por culpa de nuestro lenguaje.
Si nos lees regularmente sabrás que siempre te decimos que conseguir la voz que quieres lleva mucho tiempo y esfuerzo.
La palabra esfuerzo lleva implícita la palabra fuerza.
Y hacer fuerza suele relacionarse con una fuerza física.
Y si se trata de mover algo pequeño parece que la palabra pierda el sentido.
Con el entrenamiento de tu voz, una de las cosas en las que tienes que esforzarte es en no hacer demasiada fuerza.
¿Cómo se aprende a controlar eso?
Cuando haces fuerza para mover algo tienes dos elementos:
- El peso del objeto en sí.
- Tus propios músculos.
En una situación cualquiera no puedes controlar el peso del objeto, es el que es.
Aunque sí puedes encontrar maneras de que el objeto sea más fácil de mover (con ruedas, sumergiéndolo en agua…).
En el caso de la voz, no tienes que inventar maneras de mover el objeto más fácilmente, porque el peso del objeto depende directamente de ti.
Ese objeto sería la presión de aire y tú decides la velocidad a la que lanzas ese aire.
Sí, tú tienes el control.
Tú sabes soplar una vela con intención de apagarla (¡como cuando es tu cumpleaños!) y también sabes soplar más flojito (como cuando soplas a la cuchara para que se enfríe la sopa, porque si soplas muy fuerte la sopa se sale de la cuchara).
Cuando soplas estás enviando una presión de aire que sale de tu boca.
En el momento en que entran en juego tus cuerdas vocales es cuando aparece el sonido.
En lugar de mover el peso, tienes que resistirlo.
Cuanto menos peso envíes, menos tendrás que resistir y más fácil te será controlar tu voz.
Además, con poco peso te aseguras de que tus cuerdas vocales van a poder con él y no van a necesitar la ayuda de otros músculos.
¿Por qué es malo involucrar a otros músculos?
La razón más importante es que hacer eso te genera tensiones.
Pero además, el sonido se ve afectado por culpa de esas tensiones.
Tu cuerpo ha reclutado a todo aquel que esté cerca y disponible para unirse a la resistencia.
Pero para unirse a la resistencia tienen que dejar de hacer su trabajo.
Es como si un país necesita que sus panaderos se alisten para luchar. ¿Quién hará el pan?
En el caso de tu lengua, por ejemplo, si se une a la resistencia, deja de lado su función como articuladora de vocales y consonantes.
Por culpa de eso, no puede colocarse de manera correcta para pronunciar las diferentes vocales y consonantes.
Y por culpa de eso, no se entiende lo que dices al cantar.
Entonces… ¿siempre hay que cantar con poca presión de aire?
No, porque eso también tiene una contra.
Cuanto menos peso envíes, menos volumen tendrás.
Así que se trata de entrenar para hacer más fuerte tu musculatura interna y que poco a poco puedas ir aumentando la presión para aumentar el volumen.
Esto no significa que tus cuerdas vocales se tengan que poner “cachas”, ¡recuerda que son muy pequeñitas!
No funciona igual que el resto de músculos del cuerpo.
No hay que llevarlas al límite para que aumenten su tamaño muscular.
En el caso de las cuerdas vocales hay que ir con cautela, porque de otra manera puedes acabar teniendo problemas vocales serios.
Tienes que ir poco a poco.
Empiezas con poco volumen y cuando lo tengas controlado, el volumen irá apareciendo de manera progresiva y natural.
Tu propio cuerpo te irá pidiendo más.
A mí me cuesta mucho controlar la presión. ¿Puede ser que yo no pueda?
Todos podemos aprender a controlarla, pero sí que puede ser que al principio cueste un poco.
Piensa que tienes que empezar a hacer de manera diferente algo que llevas haciendo toda tu vida.
Y ya no sólo eso, sino que además es probable que tengas que dejar de hacer algo que llevas haciendo toda tu vida y que no tenías que hacer (como utilizar tu lengua para resistir el exceso de presión).
Me encantan las metáforas, así que te voy a poner otra :p
Siempre has escrito con tu mano derecha, pero ahora quieres aprender a escribir con la izquierda.
Puedes hacerlo.
Hay personas que escriben con la izquierda o con ambas manos.
Incluso hay auténticos héroes que han aprendido a escribir con los pies o con la boca.
Si lo han conseguido es porque le han puesto mucha fuerza de voluntad y no se han rendido.
En el caso de la voz, si toda la vida ha estado trabajando la lengua para «ayudar» a las cuerdas vocales, en el momento en que la retiras de la ecuación (por ejemplo sacándola de la boca), vas a tener que aprender una nueva manera de hacerlo.
Tienes que armarte de paciencia y no sucumbir.
Volviendo al caso de escribir con la mano izquierda, si no hay nada que te impida escribir con la derecha es muy fácil rendirse.
Porque piensas: estoy consiguiendo el mismo resultado pero sin tener que esforzarme.
Y acabas abandonando el sueño de aprender a escribir también con la mano izquierda.
Porque en ese caso no lo necesitas, tienes las dos manos y aprender a escribir con la izquierda es sólo un juego para ti.
Si realmente tuvieras la necesidad de hacerlo, lo conseguirías.
No tendrías más remedio.
Este síndrome del “tampoco me hace tanta falta” también se aplica a la voz.
Pero en este caso te estás engañando a ti mismo.
Porque en este caso no estás consiguiendo el mismo resultado.
Puedes pensar: “suena lo suficientemente bien”
Aquí tengo que atacar a tu ego y preguntarte: ¿quieres que suene bien o prefieres que suene increíblemente bien?
O en otras palabras: ¿te conformas con ser un cantante del montón o prefieres ser un gran cantante?
Porque la diferencia entre trabajar tu voz de la manera correcta y no hacerlo es, entre otras cosas:
- No cansarte después de cantar mucho rato
- Tener tu voz protegida de daños vocales
- Tener más rango vocal
- Tener una voz más clara
- Tener más control sobre tu voz
¿No crees que aunque encontrar la manera correcta de ejecutar tu voz pueda costar más esfuerzo (no fuerza) merece la pena no rendirse?
Si es que sí, ¡ya lo sabes!
Tienes un cañón, pero tienes que empezar usando la pistola de agua :p
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