Cómo tener más seguridad gracias al canto

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Nuestra manera de hablar está directamente relacionada con nuestra forma de ser.

Alguien que tiene una voz fuerte y potente, puedes apostar a que será una persona segura de sí misma. En cambio, alguien con una voz que apenas se escucha y que hable super bajito suele ser alguien introvertido o tímido.

Del mismo modo que tu carácter moldea tu voz de esta manera, puedes luchar contra lo que no te gusta de tu carácter a través de tu voz.

Y puedes luchar con la mejor arma: la técnica vocal.

Hay una frase muy famosa que dice: “fake it until you make it” que significa: “fíngelo hasta que lo consigas” y precisamente va de esto, de conseguir ser esa persona que quieres ser, más segura, actuando como si ya lo fueras.

Y no me refiero a que dejes de ser tú para ser otra persona. Me refiero a que dejes de actuar de una manera con la que no estás a gusto, porque si no estás a gusto con algo, no forma parte de tu verdadera personalidad.

Pero cuando finges tener esa confianza que aún no tienes, hay un elemento que puede delatarte: la voz.

Por supuesto, hay más elementos que entran en juego a la hora de ganar seguridad, como la postura.

Encorvarte con los hombros hacia adelante y siempre mirar al suelo es síntoma claro de inseguridad. Las personas seguras miran a los ojos y caminan bien erguidas.

Pero como el campo postural no es el mío, sino que el mío es la voz, vamos a ver qué puedo hacer para evitar que tu voz te delate y te reste seguridad.

¿Qué pasa a nivel técnico para que la voz sea más segura?

Una voz segura tiene básicamente tres características en común: es una voz firme, que se escucha con claridad y con un volumen alto sin llegar a ser gritado.

Los elementos técnicos que entran en juego para conseguirte esos atributos son:

Voz firme→ Aducción media

En una voz firme las cuerdas vocales no están separadas mientras hablas o cantas, es decir, que no se escucha una voz airosa.

Pero esa aducción no debe ser demasiada.

No puede ser una voz en la que no haya ni gota de aire. Una voz con las cuerdas vocales demasiado apretadas entre sí, tiende a no escucharse tampoco por culpa de tanta presión.

Así que tienes que encontrar una aducción media.

Una voz que no sea ni muy airosa ni demasiado tensa.

Para encontrar este punto medio debes empezar desde donde tú estés.

Si ahora tu voz es airosa, entonces necesitas que tus cuerdas vocales ganen aducción.

Lo podrías hacer, por ejemplo, con este ejercicio:

Si por el contrario tu voz es demasiado apretada, debes trabajar en permitir el paso del aire.

Lo podrías hacer, por ejemplo con este otro ejercicio:

Si quieres saber más sobre la compresión vocal, haz clic aquí.

Voz clara→ Liberación de tensiones

Una voz clara se caracteriza porque se entiende todo lo que dices.

Cuando se entiende lo que dices es porque no hay nada que esté interfiriendo en tu vocalización.

Si no se te entiende al hablar, entonces sí hay algo que interfiere.

Ese algo son tensiones:

En la mandíbula: se te queda rígida, con lo que no eres capaz de mover los labios de manera natural.

Si tu mandíbula se mantiene más bien cerrada mientras hablas, te va a costar formar cada vocal y cada consonante que requieran su movimiento.

Tienes que dejar caer la mandíbula y dejar que se mueva por la inercia de cada vocal, intentando no hacer fuerza con ella. Intenta vocalizar con los labios, aunque no de manera demasiado exagerada.

Un buen ejercicio para ti puede ser leer un texto sin voz, como si quisieras que alguien te leyese los labios. Si te concentras en eso, va a ser mucho más fácil que empieces a vocalizar mucho más.

En la lengua: También hace de las suyas. Se va para atrás, se queda rígida, se engola…

Las tensiones en la lengua son de las más difíciles de erradicar.

Concéntrate en cada vocal y cada consonante y pon la lengua como se supone que tiene que estar. Si tienes que estar un rato con cada palabra, ¡pues adelante!

Si tu lengua se queda rígida, también puedes hacer ejercicios con la lengua fuera, intentando que no se mueva y que esté blandita. Sujétala con los dedos si es preciso.

En la laringe: Una laringe demasiado baja nos deja una voz demasiado apagada y sin fuerza y eso nos resta seguridad.

Por otro lado, una laringe demasiado alta nos hace sonar con voz de pito. Y ese es uno de los elementos que te comentaba antes que pueden “delatarte” si estás intentando que tu voz suene con más seguridad.

Una persona poco segura que quiere parecer más segura a menudo cae en la trampa de poner voz de pito, porque es una manera fácil de que se te escuche y de que tu voz no suene airosa. Pero no es la solución.

Así que si no puedes tener la laringe baja ni tampoco alta, lo que te queda ese que esté en una posición neutra.

Debe moverse, porque se utiliza para articular vocales, pero nunca debe subir cuando queremos subir el tono de la voz (ni para hablar ni para cantar). Ni tampoco bajar demasiado cuando queremos bajar el tono.

Este ejercicio puede darte una posición correcta para tu laringe, pero tienes que asegurarte de hacerlo igual que en el ejemplo: lip bubble

En este enlace puedes ver más información sobre cómo hacer bien este ejercicio.

Voz con buen volumen, no gritado→ Equilibrio vocal

Cuando consigues todos los demás elementos, al volumen que sea, tienes que poder aumentar el volumen sin perder el equilibrio vocal.

Si consigues hacer eso podrás tener una voz con buen volumen pero no estarás forzando la voz ni gritando.

Practica todo lo que hemos visto en esta entrada tratando de aumentar el volumen de manera paulatina una vez hayas afianzado las sensaciones correctas y eso te ayudará a mantener el equilibrio vocal.

Ahora es un buen momento para mejorar tu voz y conseguir a través de ella lo que te propongas.

¡Anímate y consigue esa voz que te convertirá en alguien con más seguridad y confianza!

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