La comunicación es algo muy complejo.
Normalmente nos centramos mucho en el lenguaje, el cuál es realmente importante, pero hay más factores, siendo la voz uno de los de más peso.
No se trata de qué dices, se trata de cómo lo dices, y para eso tienes un arsenal que es posible que desconozcas.
Justamente en eso nos vamos a centrar en este episodio de El Sensei del Cantante.
¿Qué armas tienes en la armería?
- La regla de oro para no ser un comunicador frustrado.
- 4 puntos a trabajar para mejorar tu comunicación en todos los aspectos.
- Formas de trabajar los 4 elementos básicos del habla.
- Y la mejor lección de todas: no juegues con las fuerzas sobrenaturales :O
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Transcripción del episodio
Los problemas de comunicación ocurren, es un hecho.
Un malentendido por decir algo de la forma incorrecta, ese amigo pesado que no sabes por qué pero te aburre y te da la brasa, …
A veces estas cosas pasan de manera inevitable, pero otras veces tenemos la opción de hacernos entender mejor y de conseguir mejor aceptación por parte de la gente.
Vamos a ver unas cuantas cosas en este episodio sobre todo esto, pero lo que quiero que consigas está claro: que seas un mejor comunicador.
Es posible que pienses que a ti ya te entiende la gente
Y estoy seguro de que tienes razón, pero la cuestión es que quiero ir un poco más allá.
Porque… qué significa ser un buen comunicador?
La respuesta corta, desde mi punto de vista, significa que las personas entiendan el significado de lo que estás diciendo, pero también que despiertes en ellos lo que quieres transmitir y que además no pierdan el interés.
La respuesta larga
Empieza por decirte que no puedes llegar a todo el mundo.
En mi opinión, es algo que tiene mucha relación con ser un buen comunicador. De hecho creo que es un punto clave.
Pongamos como ejemplo a alguien que es experto en algo y debe hacer una ponencia sobre ello.
Decenas de personas han asistido a la charla, todas ellas muy interesadas.
Pues bien, no importa lo bien que lo haga el ponente ni lo interesante que sea lo que ha explicado.
Invariablemente va a haber gente a la que no le haya gustado, y gente a la que sí.
Nuestro coleguilla, el ponente va a poder ver las reacciones de la gente durante su charla: bostezos, algunos se van, otros miran la hora, esos dos están de cháchara, …
Si el ponente se deja influir por estos acontecimientos, se va a empezar a juzgar, a dudar de sí mismo, y sin querer va a cambiar la forma en la que está haciendo la presentación.
Y aquí hay dos problemas:
- El ponente no tiene ni idea de por qué ese está mirando tanto la hora. Quizás está preocupado porque su hija tenía que llamarle y aún no lo ha hecho.
- O puede que ese que no para de bostezar haya tenido una noche horrible por culpa de sus gatitos.
Esta situación es exactamente igual si te encuentras cantando en un concierto.
Con este ejemplo quiero decir que, aunque suene a tópico, lo mejor es hacer tu presentación o actuación tal y como te guste a ti, porque es mejor conectar de verdad con unos pocos que dejar fríos a todos.
Dicho esto, sin duda hay formas de llegar a más público, y me voy a centrar en explicártelas con detalle para que las puedas aplicar.
Primer punto importante: combatir el aburrimiento del oyente
A las personas nos gusta divertirnos siempre que podamos, y nos sentimos atraídos por las personas divertidas.
Da igual si estamos trabajando, estudiando, o descansando.
Si es posible, cualquier situación con humor es mejor
Si tienes que dar una charla a un grupo de gente, te animo a que añadas alguna broma aquí y allá para mantenerlos despiertos e interesados por lo que tienes que decir.
Añade alguna imagen divertida en tus diapositivas, explica alguna anécdota en relación a lo que acabas de decir, caracteriza a algún personaje con tu voz, o lo que tú quieras …
Por supuesto, habrá personas que no tengan tu mismo sentido del humor, pero no pasa nada.
Recuerda, no llueve a gusto de todos, pero conectarás mucho más con la gente.
Por otro lado, divertir no siempre se trata de humor
También se trata de no aburrir.
Y no hay mejor forma de aburrir a alguien o de hacer que pierda el interés en lo que dices que utilizar palabras que no utiliza nadie o que son muy técnicas.
Por ejemplo, en una clase de matemáticas:
Si tenemos una proyección de un rayo infinito A y otra proyección de un rayo infinito B, uno con el vector director 0.7 0.7 y 0 y el otro con un vector director de 1 0 0, podemos aplicar esta ecuación para encontrar el punto de intersección, siempre y cuando estos no sean paralelos ni tengan los mismos vectores directores.
La verdad es que tenemos cancha para hacer esto más ameno (dentro de lo que cabe porque son matemáticas) si lo explicas así:
Tenemos dos trenes, uno rojo y el otro azul, uno lleva la dirección 0.7 0.7 0 y el otro 1 0 0. Si utilizamos estos valores en esta fórmula podemos saber en qué punto chocarán.
Como ves, tampoco es que sea divertido, pero con una explicación así la gente puede imaginar y ver en su mente lo que estás explicando, con conceptos mucho más sencillos.
Pero no sólo se trata de eso.
He asistido a algunas charlas de personas que utilizan palabras rimbombantes sin necesidad alguna.
Palabras como canónico, eventualmente, binomio, tangencialmente, … todas ellas con un significado muy concreto y útil en algunos casos, pero al no ser palabras de uso común, muchas veces nos quedamos con cara de tonto pensando en lo que quiere decir, perdiéndonos por completo el significado del mensaje.
Pero la vida continúa, y el episodio también:
Segundo punto: la seguridad es lo primero
Depende de cómo utilices tu voz, los demás te percibirán como más seguro o más inseguro.
El objetivo para conseguir una voz segura es que tu voz sea firme.
No me refiero a hablar como si estuvieses en el ejército (SEÑOR, SÍ SEÑOR), porque en ambientes relajados esta forma de hablar se podría considerar un intento desesperado de llamar la atención.
Con firmeza me refiero a que tu voz siempre suene sólida, sea a un volumen alto o bajo, o incluso al susurrar.
Hay cuatro factores en los que puedes trabajar para que tu voz sea más firme.
El primero es la dicción, el cómo pronuncias cada letra de cada palabra.
Si no articulas bien, tu mensaje perderá fuerza porque el receptor tendrá que dedicar unas décimas de segundo extra en entender lo que acabas de decir, en vez de estar al 100% enfocado en lo que dices.
Comúnmente se cree que tienes que exagerar mucho cada vocal, pero esto te puede generar muchas tensiones que harán que te fatigues y que tu tono de voz sea más estridente.
Para practicar la dicción, va muy bien leer en voz alta, asegurándote de articular las palabras sobre todo con la mandíbula y no tanto con los labios. Si abres los labios en sentido horizontal, empeorarás tu sonido.
El segundo factor es la entonación, el dibujo que haces al hablar.
Si utilizas muy pocas notas al hablar, va a ser un tostón escucharte, y vas a conseguir que la gente se duerma.
Ir cambiando de entonación hace que oírte hablar no sea aburrido, y además puedes enfatizar más algunas partes que otras.
En esto te puede ayudar mucho entrenarte como cantante, ya que aprendes a utilizar músculos que de otra forma no utilizarías.
Esos músculos, además de mejorar tu condición vocal en general, te harían más fácil y natural el hacer diferentes dibujos con tu voz.
El tercer factor es el ritmo y también tiene que ver con el aburrimiento ajeno.
Si hablas demasiado rápido, hay personas que se colapsan y no te entienden.
No hace falta nada más que una sola palabra que no entiendan bien para que se atasquen 1 o 2 segundos en ella, y con eso ya pierden el hilo.
Si hablas demasiado lento, la gente de nuevo se aburre.
Para practicar esto puedes hacer un par de cosas.
La primera y más obvia es acelerar tu habla si hablas lento, o ralentizarla si hablas rápido.
Al principio te parecerá que hablas súper rápido o súper lento (dependiendo de tu tendencia), pero poco a poco te acostumbras.
La otra forma es copiar los diálogos de una película. El doblaje en español por lo general es muy bueno y se les entiende todo muy bien, entre otras cosas porque el ritmo que llevan es perfecto.
Y el cuarto factor es el volumen.
Jugar con el volumen te permite añadir más expresividad a tus palabras y también te permite dirigir la atención de la persona que te está escuchando hacia dónde quieres.
Tampoco hay que exagerarlo, porque si te pasas va a quedar un poco… ¡RARO!
También hay que tener en cuenta de nuevo el entretenimiento del oyente, ya que si hablas bajito todo el rato va a ser un rollo.
De la misma forma, si hablas fuerte todo el rato puede llegar a ser molesto.
Una buena forma de practicar todo esto es, nuevamente, ¡leyendo!
Mi recomendación es que leas párrafos de una novela, por ejemplo, cada uno con un volumen distinto.
Pero no te recomiendo que llegues a los extremos, es decir, no pongas tu volumen ni al 1 ni al 10.
Al hablar solemos movernos en los volúmenes centrales tirando a bajos.
También, cada vez que cambies el volumen al practicar, trata de cambiarlo muy poco. De esa forma tendrás un control más fino del volumen de tu voz, y tendrás una paleta de colores más amplia con la que colorear tu habla.
¡Buf! Esto ha sido largo, vamos al tercer punto.
Tercer punto: No modifiques tu voz natural
Habré oído y leído cientos de veces consejos como: “una voz grave impone mucho más”, o “una actitud muy seria al hablar infunde mucho respeto”.
Tonteríaaas.
Esto tiene mucho que ver con lo que te comentaba casi al principio, lo de ser fiel a tu forma de hacer las cosas, aunque a algunas personas no les guste.
Porque yo podría estar hablándote así, pero además de que acabaría muy cansado a nivel vocal, vas a notar que no estoy cómodo hablando de esta manera, porque yo no soy así.
En cambio, como te estoy hablando de la misma forma en la que hablo normalmente, ¡estás enganchadísimo a este episodio!
A veces hacemos estos cambios de forma consciente porque nos lo han aconsejado, pero a veces estos cambios los hacemos sin querer, ya sea porque nos han educado así o porque tenemos esas creencias metidas en el coco.
Lo cual me lleva al cuarto y último punto.
Cuarto punto: ¿Eres consciente de cómo te oyen los demás?
Al utilizar la voz estamos completamente ciegos y sólo nos podemos guiar por las sensaciones que tenemos cuando hablamos o cantamos.
Eso es un bajón.
A medida que trabajas tu técnica vocal, sin darte cuenta vas creando relaciones entre tus sensaciones y lo que oyes, y eso es una trampa de la que hay que salir rápido, porque los demás no te oyen de la misma forma en la que tú te oyes a ti mismo.
Así que te lo voy a decir con una pausa exagerada para darle más rollo: Grábate y escúchate.
En serio, grábate leyendo, grábate hablando, grábate cantando.
Es importante que crees relaciones entre lo que oyes en tu cabeza al hablar o cantar y lo que se oye desde fuera.
Es importante porque es bastante común pensar que estás hablando con una voz muy solemne cuando desde fuera se oye una voz estrangulada, apagada.
O a veces parece que estés hablando o cantando con mucha potencia pero en realidad estás gritando.
A medida que crees una mejor relación entre tu oído interno y tu oído externo, serás mucho más consciente de lo que estás transmitiendo con tu voz cuando hablas con alguien o das una charla.
¿Esa voz que pongo al caracterizar a un personaje divertido? Ostras, pues en realidad suena fatal y parezco un gnomo amordazado.
O ¿Esa voz tan sexy que pongo? Ostras pedrín, pero si parezco Batman en plan chungo.
Si sabes cómo se te oye desde fuera, sabrás cómo utilizar tu voz de forma más precisa en cada momento.
Hay quien esto lo ve como algo muy artificial.
Yo no.
Yo lo veo como un conocimiento más profundo de tu voz para que tengas una visión más objetiva de ella y sepas utilizarla mejor.
Esto ya se acaba, pero antes, como bonus, un problema muy común: No te gusta tu timbre de voz
Resumiendo muchísimo, grabarte y escucharte te va a ayudar a acostumbrarte al sonido de tu voz tal y como la escuchan los demás.
Sin embargo, tu sonido puede mejorar, pero si quieres saber cómo, tendrás que escucharte el episodio 18 de El Sensei del Cantante.
Imagen: Algunos derechos reservados por breatheoutnow
Gracias Sensei, tengo todos los episodios (menos el 29 que no aparece por ningun lado). Excelentes ejercicios….hasta parece que canto mejor.
Gracias por el apunte, Manuel! Ya está arreglado lo del episodio 29 🙂