Cómo dejar de ser tímido al cantar

Cómo dejar de ser tímido al cantarEl principal enemigo que tenemos a la hora de subirnos a un escenario somos nosotros mismos.

Problemas emocionales como los nervios, la vergüenza, la timidez y el pánico escénico son los que nos bloquean y no nos dejan expresarnos de manera libre.

El Sensei quiere que le plantes cara a todos estos problemas y los superes, o al menos, esas son las instrucciones que me ha dado para que grabe el episodio de hoy.

¿Qué vas a escuchar en este episodio?

  • Las diferencias entre los diferentes problemas emocionales
  • Cómo superar cada uno de ellos
  • Cómo comportarte sobre el escenario
  • Una lucha encarnizada… ¡diferente!

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Transcripción del episodio

Una persona tímida, constantemente está luchando contra sí misma.

Porque nuestra propia timidez, vergüenza o miedo nos suele frenar a la hora de hacer las cosas que queremos.

Es muy frecuente que por culpa de estos sentimientos rechacemos oportunidades o dejemos de hacer algunas cosas que nos gustaría hacer.

Yo hoy te digo que te plantes y ganes la batalla.

Así que en el episodio de hoy te voy a contar:

  • Qué diferencias hay entre los nervios, la vergüenza, la timidez y el miedo
  • Cómo superar todas estas sensaciones desagradables
  • Cómo actuar cuando estás frente a un público

¿Qué diferencias hay entre los nervios, la vergüenza, la timidez y el pánico o miedo escénico?

Para mí, en cierto modo, sus nombres describen grados de intensidad de un mismo problema.

Estar nervioso es muy normal.

Todo el mundo ha estado nervioso alguna vez, excepto si eres un robot.

Normalmente estás nervioso cuando eso que tienes que hacer te importa.

Realmente quieres que te salga bien y los nervios los provoca pensar interiormente en todo aquello que puede fallar.

Es inevitable pensar en todo lo que puede fallar y depende de la seguridad que tengas en ti mismo y en cómo puedes defender eso que vas a hacer vas a tener más o menos nervios.

Con la vergüenza, aparte de tener esos nervios propios de la inseguridad en lo que tienes que hacer, hay algo dentro de ti que te frena.

Lo que suele pasar con la vergüenza es que en cuanto te decides a hacerlo y lo haces, puedes tener más o menos nervios, pero lo haces.

La timidez es un poco más puñetera, porque te pasa lo mismo que con la vergüenza: hay algo que te frena y no te deja hacerlo.

Si consigues lanzarte haciendo acopio de todas tus fuerzas y lo haces, mientras lo hagas vas a estar luchando TODO EL RATO.

Y el pánico escénico, directamente te paraliza y te incapacita para hacer aquello que quieres.

Según mi teoría de que todos estos sentimientos tienen la misma base, por pura lógica tienes que empezar atacando al sentimiento más común.

Los nervios

Yo te comentaba hace un momento que principalmente hay dos problemas con los nervios:

  • Por un lado, la importancia que tenga para ti el resultado
  • Por el otro lado, la duda, aunque sea interior, de que vas a poder hacer bien lo que vas a hacer. En este caso, cantar.

Para calmar los nervios, por un lado has de intentar valorar qué pasaría si sale mal. Pero valorarlo de una manera realista.

Te digo esto porque solemos maximizar nuestras penas de manera irracional, ¡como yo cuando era una niña!

Cualquier problema me parecía el fin del mundo. Y hacer el ridículo delante de los demás…¡era terrible para mí!

Una vez una profesora me ridiculizó delante de toda la clase porque llevaba una chaqueta del revés.

Para mí aquello fue motivo de llantos durante horas, porque hasta mi mejor amiga se había reído de mí.

Ya no quería volver al colegio, sólo por ese motivo.

Y explicándoselo a mi madre, ella no podía dejar de reírse viendo cómo me afectaba la situación.

Después de llorar aún más viendo que incluso ella se reía de mí, consiguió hacerme entender que aunque pases vergüenza un día eso no es el fin del mundo.

Y que los demás no lo habían vivido de la misma manera que yo, que ya se debían haber olvidado.

De hecho, al día siguiente nadie se acordaba del incidente del día anterior. ¡Y fíjate! yo había pensado que me lo recordarían de por vida y me humillarían por ello para siempre, que nadie me volvería a hablar, etcétera…

Maximicé el problema.

Porque no pensé desde la perspectiva de los demás.

¿Qué pasa si estás en un concierto y se te olvida la letra de una canción?

Absolutamente nada.

¿Crees que después de eso todo el mundo va a señalarte con el dedo y reírse de ti diciendo que eres aquella persona a la que una vez se le folvidó la letra de la canción?

De hecho, si sigues cantando es probable que ni se den cuenta. Y si se dan cuenta, es probable que para cuando termines de cantar la canción ya se les haya olvidado.

De cada error que puedas cometer, aquellos que te vean se van a olvidar al momento.

Sin embargo, tú no debes olvidar.

Tienes que utilizar esos errores como enseñanza.

Te darás cuenta de cosas como que has desafinado una nota y nadie se ha dado cuenta, que has repetido un trozo de letra porque te habías olvidado y nadie te ha dicho nada..

Todo eso te va a dar mucha seguridad para el futuro.

Y cuando te constaten que el error que has cometido ha sido percibido, tampoco pasa nada.

¡Cada error que cometes es una oportunidad para aprender cosas nuevas!

Recuerdo que a veces en los conciertos que hacía con mi banda, sobre todo al principio, decía cosas muy raras al público. Todo por culpa de los nervios, ¡claro!

Y mis compañeros me decían después: ¡pero niña! ¿¡Cómo dices esto!?

Al principio pensaba: ostras qué mal… ¡la he liado bien! Ya no querrán que vuelva a subir al escenario…

Pero me dejaron volver a subir y además un montón de veces. Y con el tiempo empecé a reírme con ellos de esos momentos de mi pasado.

Y cada vez que subía estaba practicando para este momento.

Poder hablarte como yo misma soy, sin nervios ni vergüenza.

Vale, estoy muy tranquila aquí sola con mi micrófono… pero además, tengo la seguridad de que sé de lo que estoy hablando.

Lo que me lleva al otro problemilla que tienes que solucionar.

Ganar seguridad en ti respecto a lo que vas a hacer, en este caso, cantar.

Lo primero es confiar en tu voz.

Saber que puedes cantar esa canción en concreto y que un 100% de las veces que la cantas te sale bien.

No escojas para cantar en público una canción que te salga bien sólo el 50% de las veces.

Apréndete bien la letra

Que el 100% de las veces que la cantes no tengas que consultarla.

Prepara tu voz antes de la actuación

Cuando tienes una actuación y estás ni que sea un poco nervioso, tu voz se ve afectada.

Las tensiones amenazan con atacar.

Una de las más comunes es la subida de la laringe.

Eso puede provocar que tu voz cambie incluso de timbre, con lo que te va a despistar mucho y puede tambalear tu actuación.

Si calientas la voz antes de cantar estarás preparado para afrontar ese problema.

También puedes probar a desahogarte.

Correr, saltar…

Además debes cuidarte.

Duerme bien, no te estreses, come cosas que no te sienten mal…

Todo eso te va a ayudar a superar los nervios.

Y luego tienes la vergüenza

La vergüenza hace que al pensar en subirte al escenario pienses: no no no…

Si consigues superar eso y te subes, al principio te va a costar, pero acabarás pasándolo bien y disfrutando.

El problema viene porque en el momento de la verdad no te visualizas a ti mismo cantando para otros.

Prueba a cerrar los ojos un momento y concéntrate en ti moviéndote con soltura por el escenario, con una sonrisa en la boca y disfrutando.

Imagina también al público disfrutando al verte cantar.

Y por último, oblígate.

Puede que los primeros momentos sientas vergüenza, pero poco a poco se te va a ir pasando.

La timidez es un poco más seria

Te pasa como con la vergüenza, que no te visualizas subiendo, pero además de eso, durante todo el rato te agobia absolutamente todo:

Dónde mirar, dónde poner las manos, cómo poner los pies, cómo te miran…

Para superar la timidez tienes que solucionar todos esos puntos además de los que ya hemos visto en los casos de los nervios y la vergüenza.

Tienes que mirar a algún sitio, aunque también puedes cerrar los ojos a ratos, para superar el trauma.

Las manos son complicadas, porque si no las tienes en cuenta luego al verte en vídeos te descubres haciendo cosas raras con ellas.

Una muy buena solución es aguantar el micro con una mano, o con las dos en un momento de intensidad.

Con la otra mano puedes hacer varias cosas:

  • Aguantar el cable
  • Meterla en el bolsillo
  • Levantar el brazo en momentos de intensidad (o del todo o a media altura).

Y ni qué decir tiene que todos estos gestos son perfectamente combinables entre sí.

Aunque al principio estén un poco estudiados, poco a poco irás relajándote y consiguiendo tener movimientos más naturales.

Los pies también son un problema.

No sabes si apoyarte sobre una pierna, sobre la otra, si estar con los pies juntos, separados…

  • Si te apoyas sobre una pierna o la otra, está bien.
  • También puedes caminar un poco por el escenario.
  • Dejar los pies separados, pero sin bloquear las rodillas.

Lo que realmente importa es que se te vea relajado.

En cuanto a que la gente te mire, intimida.

Pero no te miran en modo desafío, te miran porque les estás transmitiendo un mensaje.

Si les miras como cuando hablas con alguien vas a estar mucho más a gusto.

En ese momento, tu pensamiento tiene que ir al mensaje.

Céntrate en la letra de la canción y en cómo les estás haciendo entenderla.

Depende de lo que vaya la letra, igual te tienes que enfadar, tienes que estar triste, contento…

Todo esto lo vimos en el episodio 35 de El Sensei del Cantante.

Finalmente tenemos el pánico escénico

Es algo difícil, porque las personas que lo padecen se quedan bloqueadas y no pueden ni subir a un escenario o suben pero se quedan calladas.

Un nivel de intensidad así yo solo lo he sufrido una vez, hace mucho tiempo, cuando era una niña.

Fue en un campamento de verano.

Estaba con mis hermanas y muchos niños más y los monitores nos dividieron en grupos para pasar unas pruebas.

Se trataba de representar una actuación musical con tu grupo.

Yo me lo estaba pasando muy bien y los chicos de mi grupo me dijeron que yo me pusiera de cantante, por ser la única chica y la más pequeña del grupo.

Estaba muy emocionada, porque me gustaba mucho cantar y dije que sí sin pensarlo si quiera.

Pero llegado el momento me quedé totalmente paralizada.

Es como si hubiera visto peligrar mi vida.

Para solucionar esto, como no, toca luchar.

Tienes que enfrentarte a ello.

Primero acostúmbrate a escucharte en grabaciones.

Tienes que aprender a aceptar y querer a tu voz.

Si no lo haces tú primero, ¿cómo vas a llegar a pensar que a los demás les vaya a gustar tu voz?

En segundo lugar, tienes que hacer un trabajo interior.

Visualizarte a ti mismo cantando delante de otras personas.

Como dijo Einstein: si lo puedes imaginar, lo puedes lograr.

El tercer paso es hacer otras cosas que también te cuestan porque te hacen salir de tu zona segura, tu zona de confort.

Puede ser algo tan tonto como apuntarte a clases de canto o incluso darle conversación a un desconocido.

Puedes empezar por alguien que se suba contigo en un ascensor o un dependiente de una tienda.

Me da mucha vergüenza reconocerlo, pero a mí me daba miedo incluso algo tan absurdo como entrar en una tienda.

¡Es como si pensara que me iban a secuestrar o algo!

Una vez vas consiguiendo superar esos pequeños miedos, puedes ir pasando a cosas más difíciles, pero siempre poco a poco.

Oblígate a cantar delante de los demás, primero delante de un amigo o familiar, o en una reunión de amigos o familia, en un karaoke…

Verás cómo poco a poco lo vas superando.

Si ves que probando todas estas cosas no lo consigues, tienes dos opciones: o darte más tiempo y seguirlo intentando o buscar ayuda directa de un profesional que te ayude a superar este pánico.

Imagen: AtribuciónNo comercialSin obras derivadas Algunos derechos reservados por aliciacody

  • Nodier Giraldo Giraldo dice:

    Muchas gracias Esther por tan buenos consejos. La verdad son muy necesarios porque el pánico escénico es el que mas me mata, también el temor al pensar que se me olviden partes de la canción.

    Tendre muy encuenta sus consejos. Linda tarde.

    Cordialmente
    Nodier Giraldo G
    Barranquilla Colombia

  • Sabino Manduca dice:

    Gracias Profesora Esther, sus consejos son excelentes y muy puntuales, estoy aprendiendo cosas relativamente nuevas para mi. Felicitaciones. Un fuerte abrazo!

    Sabino
    Venezuela

  • Talia dice:

    La verdad, soy un fracaso, pero eso me sirvió mucho, ¡Muchas Gracias! ✨💖

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