Cuando te apuntas a clases de canto corres un riesgo bastante grande de caer en malas manos.
Esas malas manos te pueden perjudicar de varias maneras, todas bastante graves.
Por su culpa no sólo puedes no avanzar y que tu sueño de aprender a cantar bien se evapore con los años, sino que además pueden hacer que termines dañando tu voz.
Ser profesor de canto no es como ser médico. Un médico ha tenido una formación súper intensa, de muchos años y muy especializada.
Ese tipo de formación está completamente reglada y los últimos avances se tienen muy en cuenta por todos los médicos.
En cambio, profesor de canto puede ser cualquiera que diga que te sabe enseñar a cantar.
Hay algunas técnicas que sí forman a los profesores con un método detrás. Las titulaciones en algunas de estas técnicas son más fáciles de conseguir que en otras, pero se puede decir que te has formado para enseñar.
Sin embargo, existen “profesores” que no son tales.
Como la herramienta principal de un profesor de canto es el piano, algunos pianistas se meten a profesores de canto con toda la cara.
También hay cantantes que por el simple hecho de cantar bien ya se ven capacitados para enseñar a otros a cantar, sin tener ni idea de cómo funciona la voz.
5 pistas que denotan a un profesor que en realidad es pianista o cantante
#1: Tocará el piano, por supuesto
Esta gente controla un montón el piano, seguro. Y es posible que se les dé bien cantar.
Seguramente te demostrarán un montón lo bien que tocan y cómo cantan.
Pero eso no los convierte en profesores.
Obviamente esto es sólo una de las pistas, porque hay profesores que sí lo son que también tocan el piano muy bien y cantan.
Sólo digo que, si ves este indicio, sigas buscando a ver si hay otros.
#2: No te dará muchos ejercicios de canto
Lo notarás porque como no sabrá qué enseñarte te hará hacer algunos ejercicios, seguramente de respiración y en cuanto pueda te pondrá a cantar canciones.
Quizás lo que te diga es que tenéis que calentar un momento y ya.
Yo tuve a una de estas profesoras.
Me hacía hacer dos ejercicios de respiración y me enseñaba la postura que tenía que tener yo, que luego ella no tenía cuando cantaba.
Era una postura bastante incómoda, la verdad.
En definitiva, todo chorradas y después de eso, ya a cantar. Sin trabajar nada más de mi voz. Sin calentar apropiadamente, porque no me hacía tocar ni una vez las notas agudas que después iba a cantar.
#3: Las canciones que cantarás no tendrán notas agudas a no ser que ya puedas hacerlas
Esto también me lo hacía, me daba algunas canciones que eran bastante aburridas en el sentido de que eran planas. Sin cambios de tono, lentas, sin notas agudas…
Y eso que yo sí podía cantar algunas notas más agudas…
Así que es posible que como me pasó a mí, las canciones que te plantee sean sencillas, pero si no lo son te propondrá bajar el tono hasta que no tengas problemas, de forma totalmente aleatoria.
Y es posible que eso sea necesario en algunos casos, teniendo muy en cuenta cuánto lo bajas y por qué. Y por supuesto, sólo al principio.
Pero claro, como no harás ejercicios para mejorar tu voz, es imposible que pases de ese principio.
#4: No sabrá distinguir cuándo estás forzando
Te puedes hacer daño, porque he visto casos de profesores que no saben distinguir cuándo un alumno está forzando su voz.
Parece que si suena bien es porque está bien, pero a veces no es así.
Como estos profesores no tienen ese criterio, si fuerzas vas a seguir forzando y eso sólo te lleva a un camino de ilusiones perdidas y sueños rotos.
Nódulos, pólipos, edemas… Todo un sinfín de cosas muy chungas.
Así que si te dice que está bien pero tú notas que te duele, entonces sabrás que has dado con uno de estos.
#5: Se pondrá a cantar a la mínima
Como será una persona a la que le gusta cantar, en cuanto tenga ocasión, incluso durante tu clase, se pondrá a cantar.
Porque claro, lo hace tan bien y le gusta tanto que no puede dedicar esa hora de clase que le has pagado a escucharte a ti.
Como poco querrá cantar contigo. Una parte tú, otra ella o él.
En tus clases de canto quien tiene que cantar eres tú.
Yo a veces canto en las clases que imparto pero sólo cuando se da alguna de estas situaciones:
- Cuando tengo que enseñar al alumno una frase que no le está saliendo o no está encontrando cómo cantar.
- Cuando el alumno tiene problemas de afinación y necesita un refuerzo.
- Cuando el alumno es tan tímido que no se atreve a empezar, pero en cuanto arranca, yo dejo de cantar.
- Cuando algún alumno tiene que cantar una canción a dos voces con otra persona y necesita que yo le dé la referencia del otro.
Así que ya sabes, si ves estos indicios corres el riesgo de que tu profesor no sea en realidad lo que afirma ser, así que sal corriendo y no gastes más tiempo ni dinero en sus clases.