Cantar con una voz clara y limpia es un indicador de que estás utilizando una buena técnica vocal.
No obstante, hay casos en los que te desvías del camino, manipulando la voz, sin ni siquiera darte cuenta.
Una buena técnica vocal trabaja para que puedas cantar con una voz natural, libre de tensiones, con un sonido sin manipular.
A lo largo de tu entrenamiento vocal, quizás te encuentres con que «haces algo» para conseguir un sonido concreto y llegar a esa nota que te costaba o sonar como querías sonar.
Esto no es la mejor idea, porque al intentar tomar un atajo, quizás estás encontrando un camino aún más largo, o peor aún, ¡sin retorno!
Como decía, normalmente es algo que haces sin darte cuenta.
Lo primero, como en todo, es hacerte consciente de donde está el problema y a partir de ahí, trabajar en solucionarlo.
Una buena manera de saberlo es escuchar tu voz hablada y tu voz cantada.
Si en las mismas notas (las notas graves) hablas y cantas de modo similar, entonces no estás manipulando tu voz, pero si tu voz cambia mucho, es donde tienes que empezar a tomar medidas.
Esto no es fácil de percibir, por lo que mientras lo haces es muy difícil que seas consciente de ello.
Lo mejor es que te grabes y escuches después el resultado.
A veces también manipulamos la voz dependiendo del estilo que estemos cantando o incluso del idioma en el que cantamos.
Presta atención a todo esto cuando practiques y siempre busca la voz hablada (en las notas graves).
Casos de manipulación de la voz
Para facilitarte la tarea, te voy a dar varios casos típicos de manipulación de la voz, por si te identificas con alguno al escucharte:
Sonido lírico
Es uno de los casos más típicos.
Muchas veces se produce porque has oído o te han enseñado que hay que «cubrir la voz al cantar» e intentas hacerlo por imitación.
Los efectos de este tipo de manipulación en la voz son varios:
- Tensión en el paladar
- Sonido airoso
- Voz más débil y quebrada
- Laringe demasiado baja
Es difícil de corregir porque no te das ni cuenta de que lo estás haciendo así.
Tienes que trabajar en decir las notas más que cantarlas.
Para esto, céntrate en la primera sílaba y dila tres veces, hablando.
Acto seguido, canta, intentando no cambiar nada.
Voz «negra»
Y es que esas voces «negras» como la de Aretha Franklin nos ponen los pelos de punta.
Muchas veces queremos imitar ese sonido y lo que conseguimos es que suene engolado y no salga la voz.
Nos da la impresión de que es una voz más potente cuando en realidad estamos creando tensiones, sobretodo en nuestra lengua.
Intenta cantarlo igual con la lengua fuera de la boca.
Si te resulta muy difícil, es probablemente porque sí tienes tensiones.
Haz tus ejercicios con la lengua fuera y un sonido mucho más natural para conseguir que desaparezcan.
Puedes conseguir potencia sin tener que recurrir a cambiar tu voz y seguro que va a sonar mucho mejor.
Subida exagerada del volumen (grito)
A veces escuchas que tienes que cantar en la máscara y eso te hace creer que tienes que empujar con más fuerza el aire.
Llegas a las notas agudas y lo que consigues es que en lugar de sonar fácil y bonito te suene gritado.
Suele pasar que cuanto más agudo, más gritas.
Llegados a este punto, tienes que obligarte a bajar el volumen en lugar de subirlo.
Sé que es difícil, porque la única manera que conoces y a la que le encuentras sentido ahora mismo es subir el volumen para llegar a las agudas.
Baja el volumen exageradamente en las agudas para sentir el cambio y el alivio que supone.
Si necesitas más pistas, echa un ojo a este artículo.
Voz más gruesa
Este caso se da cuando inconscientemente quieres parecer más mayor, autoritario, imponente, etcétera.
Utilizas la voz de bostezo para cantar y parecer más mayor.
Y es que una laringe baja nos da un sonido mucho más fuerte o grueso.
Lo que pasa es que tu voz no suena natural, y aunque a ti te de la impresión de que así se parece más a la voz que quieres tener, no es tu voz.
Los que te escuchen quizás no van a entender bien qué pasa, pero van a saber que hay algo que no marcha bien.
Pero ese es el menor de tus problemas.
Cantar con la laringe baja no es buena idea.
Una laringe baja produce las siguientes complicaciones:
- Acortar tu rango en las notas graves
- Hacer que tu voz suene airosa
- Genera tensiones que te restan libertad al cantar
Así que, de nuevo, te aconsejo buscar un sonido más natural, el de tu voz hablada y trabajar a partir de él.
Voz más dulce
El caso contrario se da cuando inconscientemente quieres parecer más joven, más dulce o aligerar un poco tu voz.
Para conseguirlo haces que tu voz suene más airosa y que así parezca más ligera o delicada.
Hay personas que utilizan este recurso en una canción en concreto y otras que lo utilizan siempre.
Si es en una canción en concreto, que por estilo quieres que suene de esa manera, ¡genial!
Estás manipulando tu voz conscientemente, no pasa nada.
El problema es cuando no puedes hacerlo de otra forma, porque ya te sale así siempre.
Y es que este problema acarrea consecuencias:
- Tener mucho aire en la voz, lo que causa que las cuerdas vocales se deshidraten más rápido
- Que tu voz sea más débil
- Dificultad en las notas graves
- Dificultad en las notas agudas
De nuevo debes buscar que no haya un cambio entre tu voz hablada y tu voz cantada.
Voz agresiva
Dependiendo del estilo, puedes querer poner una voz más agresiva, para que tu actitud vaya más acorde con el sonido de tu voz y de la música.
Para conseguir esa voz agresiva, una de las cosas que vas a hacer sin darte cuenta va a ser transformar las vocales que estás cantando en otras.
Por ejemplo, en vez de una «o» vas a cantar una «a» y las «a» las cantarás mucho más abiertas de lo que ya son.
Esto, aunque no lo parezca, sí es un problema, pues hace que tu laringe suba y que tu voz suene más gritada que cantada, con los consiguientes problemas que esto acarrea:
Subida de la laringe, dificultad con las agudas…
Por otro lado, una voz agresiva va a hacer que pongas más presión de aire en tu voz, más ataque.
Esto, son golpes fuertes de presión de aire a las cuerdas vocales y poco a poco van dañándolas.
Puedes buscar el mismo efecto prestando mucha atención a no modificar las vocales.
De nuevo esto es muy difícil de percibir por uno mismo.
Una buena ayuda es poner los labios en forma de «u» (como si fueras a dar un beso) e intentar que no cambien de posición mientras cambias de nota.
Eso sí, es importante que permitas que la mandíbula se mueva arriba y abajo, ¡no la dejes fija!
No vocalizar
¿Sacas poca voz y te cuesta que te entiendan al cantar?
Las personas muy tímidas suelen tener este problema, aunque a veces no hace falta ser tímido para que te pase, puede ser que tengas tensiones en la mandíbula que hacen que no vocalices bien.
Eso hace que no se entienda bien el mensaje y que tu voz suene más apagada.
Para ti, si tienes este problema, va a ser muy duro solucionarlo, pues vas a tener que poner muchísima atención en cada ejercicio que hagas.
Es vital que permitas que tu mandíbula se mueva arriba y abajo, evitando que los labios se abran en sentido horizontal.
Vas a tener que hacer un esfuerzo por poner «morritos» y mantenerlos así mientras permites que la mandíbula se mueva.
Empieza más despacio y sin emitir sonido, sólo moviendo la mandíbula con los labios en forma de beso.
Y cuando ya te empiece a ser más fácil, prueba a incorporar sonido.
Para empezar, una «u» va a estar muy bien.
Seguramente tendrás problemas para vocalizar también cuando hablas, así que tienes que practicar también con tu voz hablada.
Coge un libro (o incluso, este artículo :p) y lee en voz alta, intentando que tu mandíbula se mueva con libertad.
Como ves, manipular la voz al cantar puede ser peligroso, porque te impide sacarle el máximo partido a tu voz.
¡Ayúdame haciendo que mi mensaje llegue a todo el mundo compartiendo este artículo! 🙂
Imagen: Algunos derechos reservados por cesarastudillo
Es muy cierto lo que dices aquí. Mi caso es el de tener una voz hablada diferente a la cantada, tú me entiendes. Lo extraño es el factor psicológico, que es el que más me cuesta cambiar: pues cuando no manipulo la voz, es como «perder el control» y es algo que inconscientemente no estoy dispuesta a hacer, evidentemente, por la dificultad que me ha significado avanzar en el canto 🙁
además, cuando lo estoy haciendo bien, automáticamente se enciende una alarma (en mi mente) y es como que llama a mi consciente para que no deje que pase y pues, venga otra vez el hábito de controlar la voz. A pesar de que lo amo, es un camino muy difícil para mí… pero como dijo Misty Copeland: «A veces lo que más te asusta, es justamente lo que te hará libre»….. tendré que retomar!
Eso es Sol! Dejarse llevar es difícil, pero tiene su recompensa!
Muy interesante el articulo se agradece tu tiempo.
Gracias Francisco! Me alegro de que te guste! 🙂