La voz nasal puede resultar desagradable para algunas personas, y puede ser muy difícil de eliminar.
Y ¿a quién no le gustaría hacer un truco de magia y que de repente su voz cambiara a mejor?
Si tu respuesta es «¡A mí, a mí!», estás de suerte.
En el episodio de esta semana de El Sensei del Cantante vamos a hacer desaparecer tu voz nasal por arte de magia.
¿Qué te llevas en este episodio?
- Conocer el motivo por la que nace la voz nasal.
- Saber detectar si tu voz tiene ese «algo» de nasalidad.
- 5 truquillos de magia barata para eliminar tu voz nasal.
- Una intro mágica y misteriosa… :star:
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Transcripción del episodio
¿Qué dices? ¿Que no me crees? Pues yo también he montado mi espectáculo de magia, en el que no voy a dármelas de mago increíble que no es capaz ni de adivinar una carta…
En vez de eso, voy a hacer que tu voz nasal desaparezca.
Y para eso tenemos que empezar entendiendo un poco el asunto
Si tienes la voz nasal no quiere decir que tu voz esté en tu nariz, más bien quiere decir que el camino por el que la diriges la lleva más a tu nariz y menos a tu boca.
Puede que la sientas ahí, pero no debes confundirte e intentar bajar tu voz a la boca porque tu voz siempre está en el mismo sitio.
Si intentas bajarla sin cambiar lo que realmente está causando esa voz nasal lo único que conseguirás es añadir tensiones a la ecuación, y eso no es cosa buena.
Lo que tenemos que hacer es atacar directamente a la raíz del problema, que se compone de dos cosillas:
1.- Tu velo del paladar está demasiado bajo, demasiado tiempo.
El velo del paladar es la parte blanda del techo de tu boca, justo antes de tu paladar duro. También es donde tienes la campanilla.
Ese velo puede actuar como una compuerta.
Puedes abrirlo y cerrarlo a voluntad, aunque es posible que si no lo has practicado nunca te cueste un poco en los primeros intentos.
No te preocupes, porque luego te doy unos truquillos infalibles para poder dominarlo.
Si el velo del paladar está abajo, lo que estás haciendo es ocluir el paso de tu voz hacia tu boca y permitirle el paso hacia tu nariz, dándole más importancia así a tu resonador nasal.
Dicho de otra forma, estás dirigiendo el sonido de tu voz hacia tu nariz.
Puedes hacer todas las vocales con el velo del paladar subido, cerrando el paso hacia la nariz, y todas las consonantes excepto tres: la m, la n y la ñ.
2.- La parte trasera de tu lengua está demasiado levantada, demasiado tiempo.
De la misma forma que el velo del paladar puede abrir o cerrar el paso hacia tu boca, la lengua puede conseguir el mismo efecto.
Y el mismo efecto consigue el mismo resultado: quitarle importancia a tu boca como resonador.
Si juntas estos dos factores, tienes un sonido completamente nasal.
Pero a todo esto… ¿no estás seguro de tener una voz nasal?
Antes de seguir con los ejercicios que pueden resolver tu nasalidad, tienes que saber si tu voz es nasal o no.
Porque no todo el mundo lo sabe.
Hay personas que no son conscientes de ello.
Pero la nasalidad tiene grados, no es o todo o nada, por lo que puede que tengas un grado pequeño de nasalidad y no la hayas detectado.
Por fortuna, existe una forma muy rápida y sencilla de comprobar si estás utilizando demasiada nasalidad en tu voz, y vamos a verla ahora mismo.
Sostén la vocal A, por ejemplo.
(El ejemplo está en el audio)
Ahora vuelve a hacerlo y tápate la nariz unos momentos después de empezar. Aquí pueden pasar dos cosas.
- Que no cambie el sonido: (El ejemplo está en el audio)
- Que el sonido cambie (El ejemplo está en el audio)
Si el sonido no cambia es que NO estás llevando el sonido de tu voz a tu cavidad nasal.
Si cambia, es justo lo contrario, por lo que sí tienes nasalidad, al menos sosteniendo la vocal A.
Puedes hacer este chequeo con cualquier vocal o incluso leyendo, hablando o cantando, siempre y cuando no haya Ms, Ns ni Ñs.
Hagamos una prueba: tápate la nariz por completo y prueba a decir la siguiente frase:
(El ejemplo está en el audio)
Ahí tienes tu prueba de fuego.
Y ahora que sabes detectar cuándo estás utilizando nasalidad y cuándo no, vamos a ver cómo puedes aminorarla o eliminarla con estos 5 truquillos.
Truco número uno: el truco del pez globo
El truco del pez globo es muy sencillo de hacer, si es que alguna vez te has metido debajo del agua.
El primer paso trata de aguantar la respiración como cuando lo haces para sumergirte: (El ejemplo está en el audio)
Aguantar la respiración de esta forma tiende a cerrar el velo del paladar por completo.
Al loro, porque he dicho “tiende a cerrar”, porque puedes aguantar la respiración sin necesidad de cerrar el velo del paladar, pero esto no es habitual.
De todas formas, si esto te pasa, puedes dar un paso más para comprobar que estás cerrado el paso de aire a la nariz.
Simplemente trata de sacar aire por la nariz mientras aguantas la respiración.
Si no sale nada, es seguro casi casi al 100% que estás cerrando el velo del paladar.
Truco número dos: el truco del hámster glotón
¿Has visto alguna vez a un hámster ponerse hasta arriba de pipas?
Yo una vez vi a uno, y el tío se las guardaba todas en los mofletes.
Parecía que le fuesen a explotar en cualquier momento…
En este truco tenemos que inflar los mofletes igual que aquel hámster.
Ínflalos y sopla, pero sin permitir que el aire salga, ni por la boca, ni por la nariz.
Si lo consigues es 100% seguro que tienes el velo del paladar completamente cerrado.
Truco número tres: el truco del perezoso
En los trucos anteriores has aprendido a levantar el velo del paladar sin emitir ningún sonido.
Ahora vamos a tratar de mantener esa postura pero utilizando la voz.
Pues bien, nunca conocerás a un perezoso con voz nasal.
Esto es un hecho.
Uno que me acabo de inventar, pero un hecho al fin y al cabo 🙂
Al bostezar, el velo del paladar tiende a subir y cerrar por completo el paso de aire por la nariz.
Síi síi, TIENDE a cerrar, ya que si quieres puedes bostezar con el velo del paladar bajado, aunque de nuevo, no es lo habitual.
¿Probamos? Leamos este fragmento de texto mientras bostezamos.
(El ejemplo está en el audio)
Aquí he incluido Ns, Ms y Ñs de forma deliberada, para que veas que el hecho de que las tengas que pronunciar no significa que vayas a sonar nasal.
Pero bueno, al margen de eso, ¿qué tal? ¿Te ha funcionado?
Bueno, si no es así aún nos quedan ases en la manga.
Truco número cuatro: el truco del pasota
Como tampoco es ideal que hables o cantes con esta voz, vamos a tratar de acercarnos a sonidos un poco más normales.
Para eso nos vamos a valer de las consonantes que nunca pueden ser nasales.
Vamos a hacer una escala muy sencilla con la sílaba BUH, como a quien no le importa nada.
Sería así:
(El ejemplo está en el audio)
Primero las chicas:
(El ejercicio está en el audio)
Y ahora los chicos:
(El ejercicio está en el audio)
Es imposible que puedas pronunciar la B con nasalidad, ya que la B cierra por completo el velo del paladar.
Ahora, es posible que te esté saliendo algo como esto:
(El ejemplo está en el audio)
Esto NO es un sonido nasal, es un sonido faríngeo producido principalmente por una laringe alta.
Es fácil confundirlo.
Si te está pasando esto, prueba a bostezar un poco mientas haces el ejercicio.
Algo así:
(El ejemplo está en el audio)
Ahora las chicas:
(El ejercicio está en el audio)
Y ahora los chicos:
(El ejercicio está en el audio)
Truco número cinco: el truco del resorte loco
A veces pasa que hablamos sin abrir mucho la boca.
Lo que hace esto es, de nuevo ocluir la salida del sonido por la boca y eso tiende a que abramos inconscientemente el paso hacia la nariz, de nuevo abriendo el velo del paladar.
La solución es muy sencilla: ¡deja caer la mandíbula!
¡Que se mueva como si tuvieses un resorte de lo más majo!
Si lo haces y no notas ningún cambio, mi consejo es que vuelvas a hacerlo mirándote al espejo.
A veces nos da la sensación que estamos abriendo mucho cuando no es así.
Por otro lado, tu mandíbula también se puede clavar por un exceso de timidez.
Este es otro tema muy diferente y de mucha profundidad, pero te puedo decir que una de las mejores formas que yo conozco para superar esa timidez es obligarte a hacer cosas que normalmente no te atreverías.
Y ahora me saco de la chistera un último truco
¡Voy a hacer que puedas ver tu velo del paladar!
Ponte delante de un espejo y abre la boca.
En el canto casi nunca podemos ver lo que pasa dentro de nuestro cuello, pero en este caso sí podemos, ¡así que aprovéchalo!
Puedes practicar a mover tu velo del paladar delante de un espejo para coger consciencia de los músculos que tienes que activar para hacerlo.
¡Pero no te obsesiones!
Recuerda que al final tiene que ser todo muy natural y no tienes que estar pensando en si mueves este músculo o aquel otro mientras hablas o cantas.
Llegados a este punto deberías haber experimentado una voz mucho menos nasal
Pero… ¿es esto el final del camino?
Bueno, en realidad puede serlo, pero si tienes tendencia a utilizar una voz nasal es mejor que hagas estos truquillos una vez al día durante una o dos semanas.
Afianza lo que has aprendido y date tiempo.
Ahora, tengo que darte unas palabras de aviso.
¿Conoces al cantante Eros Ramazzotti?
Por si no lo conoces, te pongo unos segundo de una de sus canciones:
(El fragmento de la canción está en el audio)
Pues bien, justamente el otro día estaba con un alumno practicando esta canción y al primer intento empezó a utilizar voz nasal.
El dato curioso es que hasta el día de hoy no le había oído nunca utilizarla.
Moraleja: ten cuidado cuando cantes canciones de otros artistas porque se te pueden pegar cosas que no quieres.
Pero con esto no quiero decir que cantar con voz nasal esté mal.
Está claro que no, y Eros Ramazzotti es prueba de ello, y no es el único.
Lo que quiero decir es que si quieres utilizar una voz nasal debe ser tu elección, no debes cantar así simplemente porque no sabes hacerlo de otra manera.
Imagen: Algunos derechos reservados por stevendepolo
Ja, ja, ja. Me ha encantado el post, muy útil y divertido 🙂
Gracias Alba!