5 problemas que se puede encontrar un profesor de canto

problemas profesor cantoLos profesores de canto a veces también nos encontramos con problemas en nuestras clases de canto.

¿Tú también eres profesor de canto? Entonces me entenderás 🙂

Saber cómo afrontar estos problemas es esencial para el desarrollo de nuestros alumnos.

Por un lado porque superar nuestros problemas hará que podamos seguir avanzando para que nuestro alumno mejore.

Por el otro lado, porque somos su punto de apoyo, como sus padres vocales. 😛

Necesitan ver que somos fuertes y tenemos confianza en lo que hacemos.

Si no tienes los conocimientos necesarios para ser profesor de canto o aún no tienes esa seguridad en ti, es probable que no sepas cómo afrontar algunos de estos problemas en tus clases.

He confeccionado un top 5 de problemas con los que un profesor de canto se puede encontrar durante sus clases con sus respectivas soluciones, para que estés mejor preparado para ser ese punto de apoyo que tu alumno necesita.

#1: El alumno no puede imitar los sonidos que le das

Este es el problema más común.

Si comparas la voz del alumno con la tuya, es probable que te encuentres con que no le sale exactamente como a ti alguno de los ejercicios/ sonidos.

Ten en cuenta el entrenamiento que llevas a tus espaldas.

Si llevas mucho tiempo practicando esos ejercicios los tendrás muy bien asimilados.

Ahora te toca recordar cómo lo hacías tú cuando empezaste y valorar si lo que está haciendo tu alumno está lo suficientemente bien como para seguir avanzando o si debes insistir más hasta que le salga.

Es importante que te fijes bien en que imitar ese sonido no esté causando otros problemas a tu alumno (como tensiones), o que le haga forzar la voz.

Si es así, es mejor dejarlo aparcado por el momento y buscar un camino alternativo hacia el objetivo que perseguías con el ejercicio.

Rara vez existe sólo una solución a un mismo problema.

#2: El alumno no mejora

A pesar de que sabes que esa persona se lo está tomando muy en serio y practica en casa a conciencia, tú le escuchas cada día igual, no percibes mejoras.

Ten en cuenta que puede ser tan sencillo como que cada persona avanza a su ritmo.

Aunque haya alumnos en los que se nota mucho un avance entre clase y clase, hay otros que van más despacio.

No intentes buscar una solución más agresiva, porque si su ritmo de aprendizaje es muy lento, lo que conseguirás con eso es un colapso.

Dale un mes y si sigues sin percibir mejoras compara la primera clase con la última (grabas todas tus clases, ¿verdad? 🙂 ).

Si aún y así no notas ninguna mejora, es hora de hacer un replanteamiento de objetivos.

Quizás has perseguido un objetivo demasiado grande y tendrías que ir a buscar pequeños logros primero.

¡Pasito a pasito puedes llegar más lejos que si intentas llegar a la meta de una sola zancada! :mrgreen:

Si aún y así te sientes estancado con ese alumno en concreto, busca una segunda opinión.

Consulta con los profesores de los que hayas aprendido qué camino seguirían ellos con esa persona.

Si es en directo con el alumno, mejor que mejor (una videoconferencia aquí puede hacer maravillas 🙂 ).

No tengas miedo de que el alumno te deje porque piense que eres peor profesor.

Si es listo, lo percibirá como lo que es: que no sólo lo haces para aprender a ser mejor profesor, sino que además estás velando por su interés.

#3: El alumno no afina ninguna nota

Como profesor te encontrarás con alumnos que son capaces de seguirte desde el minuto 1 y con otros que no serán capaces de afinar ni la primera nota que les des.

Ante todo tienes que ser paciente.

Recuerda algo que hayas aprendido a hacer tú y que te haya costado mucho (tocar otro instrumento por ejemplo).

No intentes saturar al alumno pulsando la nota en el piano una y otra vez hasta que la acierte.

Una buena cosa puede ser hacer que dé una nota cualquiera (la que le salga) y llevarle desde la que consigue dar hasta la que quieres que de.

O bien, empezar en la nota que sí puede dar e ir nota a nota hasta la que quieres que de.

Vas a tener que ir a su ritmo, con paciencia y comprensión.

Escalas cortitas, muy despacito…

Verás como de esta manera va a mejorar mucho más rápido de lo que pensabas.

#4: El alumno no percibe las mejoras

Te vas a encontrar con que hay personas que te dicen lo contentos que están porque desde que estudian contigo pueden cantar canciones que antes no podían.

Pero también te vas a encontrar con personas que no van a sentir ningún avance con tus clases o incluso van a decirte que ahora se ven peor, aunque tú sí notas una mejoría.

No notar ningún avance puede hacer que se desanimen y abandonen su ilusión por el canto.

Es importante que les vayas haciendo notar los pequeños avances cuando los oigas.

Porque ir sintiendo los pequeños avances hace que quieran seguir y acaben cumpliendo sus sueños.

En tu mano está asegurarte de que entiendan bien los pequeños objetivos, no sólo los objetivos a largo plazo.

E igual de importante es que les expliques que es un proceso, ya que todos queremos correr siempre demasiado, pero como profesor ya sabes que hay un orden natural de las cosas que hay que respetar y seguir.

Podrías hacer gritar al alumno para conseguir potencia, sí, pero sabes que acabará con nódulos.

#5: El alumno hace preguntas que tú no sabes responder

Eres una persona, no un ordenador.

Encontrarte con que un alumno te hace una pregunta que no sabes contestar es normal.

Si no lo sabes, antepón la sinceridad.

Es mejor que digas que no lo sabes y consultes con otros profesores o busques información después, a que les des una explicación que van a acabar por no entender porque ni tú la entiendes.

Si después de dar una explicación a un alumno te das cuenta de que te has equivocado o se lo has dicho mal, es mejor aclarárselo que dejarle con la respuesta incorrecta.

Esa persona va a agradecer más eso que enterarse después de que lo que le habías explicado estaba mal.

Si lo que te pasa es que todavía no tienes los conocimientos suficientes sobre la voz y el canto para responder a las preguntas de tus alumnos, te animo a que no dejes nunca de ampliar tu formación.

Vas a ver cómo la experiencia de enseñar es más bonita cuando sabes lo que haces y puedes ayudar a otras personas a conseguir sus sueños.

Si todo esto te ha resultado útil, ¡comparte! 🙂

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