Si eres profesor de canto o aspiras a serlo, hay un montón de cosas que tienes que tener en cuenta.
La más importante para mí, es ser consciente de que siempre tienes que actuar en beneficio de tu alumno.
Recuerda siempre que estás trabajando en algo muy importante: sus ilusiones y sus sueños.
Partiendo de esta base, hay 5 cosas que es vital que tengas en cuenta, para no sólo ser un buen profesor de canto, sino para ser el mejor 😀
#1: No hay sólo un ejercicio para tratar un problema
Te encuentras con un problema vocal que has identificado claramente, e inmediatamente formas un plan en tu cabeza para solucionarlo.
Te pones manos a la obra con tu alumno, y le pides que haga el ejercicio que por lógica va a solucionar ese problema.
La cosa va bien, por lo que sigues la progresión que te has marcado.
Hasta que de repente, ¡sorpresa! El siguiente ejercicio no funciona 😐
Bueno, no pasa nada, puede ser que al alumno no le haya salido bien.
Esto pasa, es normal.
Lo vuelves a intentar, y vuelve a no funcionar :/
Y otra vez.
¡No tiene sentido!, piensas :'(
Te acabas de encontrar con el problema número 1 que alguna vez ha descolocado a todo profesor de canto.
Lo que en teoría debería funcionar, no funciona.
En mi opinión, esto es lo realmente difícil de ser profesor de canto.
Si sigues insistiendo con un tipo de ejercicios que deberían estar funcionando pero no es así, por mucho que lo intentes no va a cambiar la situación.
Cuando te encuentras en esta situación, debes buscar caminos alternativos.
Suena fácil, pero no siempre lo es.
Tienes varias herramientas con las que jugar, como el tipo de escala que utilizas, el sonido temporal, la vocal, …
Y no todo el mundo responde de la misma forma a los mismos ejercicios.
Si no sabes cómo seguir, algo que puedes hacer para seguir ayudando a tu estudiante es apartar el problema por ahora y atacar a otro (siempre hay más de un obstáculo), ya que en la voz todo está conectado, y mejorar un aspecto de ésta ayuda al resto.
Por ponerte un ejemplo, si no consigues conectar su voz de pecho con su voz de cabeza, céntrate en que vocalice de forma más libre.
Es más que probable que eso haga que consiga conectar más fácilmente 🙂
#2: Siempre se puede mejorar la condición actual
Tengas a la persona que tengas delante y sea como sea su voz, siempre puedes ayudarle a mejorar algún aspecto.
Siempre puedes conseguir que, al acabar la clase, tu estudiante haya aprendido algo (y ese debe ser tu objetivo).
Y esto no siempre quiere decir conseguir hacer notas más agudas, más graves, con más potencia, etc.
Muchas veces, mejorar la condición vocal actual es reforzarla, afianzarla.
Es decir, darle más consistencia a la voz.
¿Nunca has sentido como puedes hacer ciertas notas muy bien con una vocal, pero con otra es imposible?
Si eres profesor seguro que alguien te lo habrá preguntado más de una vez.
Para conseguir esa consistencia vocal debes trabajar desde todos los ángulos posibles, no sólo utilizar un tipo de escala, vocal, etc.
Esto va a ser duro para tu estudiante, porque parece que avanzar sea más lento.
Pero mejorar sólo un aspecto de la voz es sólo una ilusión de progresión.
Lo que me lleva al siguiente punto.
#3: Asegúrate de que tu estudiante SIENTE el progreso
Con unas personas los avances son más rápidos que con otras.
Los factores son muchos, y no todos dependen de ti como profesor: frecuencia con la que tu estudiante práctica, si sigue tus instrucciones al pie de la letra, estrés por causas personales, etc.
O simplemente porque cada persona aprende a su ritmo.
Lo que está claro es que todo el mundo debería avanzar, por poco que sea.
Y algo muy importante que debes hacer como profesor es hacer que tu estudiante sienta esos avances, porque eso es lo que le va a guiar a nivel vocal.
Cuando encuentre un nuevo grado de libertad, para un minuto la clase y haz que te lo explique con sus propias palabras, que tenga que pensar en lo que ha sentido y que lo intelectualice.
Siendo consciente de esos cambios que van ocurriendo en su voz, es mucho más fácil para él o ella recordarlos en un futuro y volver a reproducirlos sin tu ayuda.
#4: La anatomía de la voz es importante para ti
Aunque haya muchos alumnos a los que no les interesa conocer el funcionamiento de la voz, tú como profesor sí que debes conocerlo.
No te digo que te tengas que saberte los nombres de cada músculo, cartílago… que conforman el aparato fonador, pero sí saber cómo funciona.
Por ejemplo, explicarle a un alumno que debe respirar con el diafragma les va a confundir más que ayudarles.
Muchos acabarán apretando las abdominales con fuerza o tensando todo su cuerpo intentando respirar de otra manera diferente a la que ya lo hacen (esto me ha pasado a mi mismo, y he visto a muchos otros que también lo han sufrido).
En tu mano está explicarles que eso no está bien.
Por otro lado, a muchos de tus alumnos les va a ayudar entender cómo se genera el sonido para mejorar su voz.
Tú debes tener esos conocimientos para poder saber qué responder a sus preguntas al respecto.
#5: Tus sensaciones no son las de tu estudiante/No uses la imaginación para explicar
No todos somos iguales, ni sentimos de la misma forma.
Cada persona es un mundo.
Por eso es muy importante que intentes dar tus explicaciones de manera objetiva en lugar de subjetiva.
Por ejemplo, no les digas que manden el sonido a la máscara.
Porque para intentar sentir el sonido en un lugar concreto van a hacer un esfuerzo que les puede llevar a generar una serie de tensiones.
Para saber si el alumno lo está haciendo bien o no, observa sus gestos, a ver si hay tensiones.
Escucha el sonido de su voz y compárala con su voz hablada.
Si son muy diferentes, hay algo que está haciendo que tenga problemas.
Esos pueden ser tus puntos de partida para mejorar su voz.
¡A practicar!
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