Empuja las tensiones lejos de tu voz y canta con una voz más libre

Empuja las tensiones lejos de tu vozLas tensiones son una de las primeras cosas de las que debes deshacerte si quieres aprender a cantar de una manera sana y cómoda.

Hoy vamos a ver qué son y por qué se producen.

Y lo más importante, cómo deshacernos de ellas.

Las tensiones en la voz se producen cuando los músculos internos de la laringe no trabajan como deberían, a causa de un desequilibrio vocal.

Este desequilibrio provoca que los músculos externos, que deberían estar inactivos, se activen.

Músculos externos son la lengua, la mandíbula, los músculos laterales del cuello…

Y si lo pensaras con lógica dirías: “bueno, cuantos más arrimen el hombro, mejor”.

Pero este no es el caso, por varias razones:

  • Como los músculos externos no están cumpliendo con su función normal y natural, luego vas a sentir molestias en ellos.
  • Como los músculos externos son más fuertes y grandes, los músculos internos piensan: “¿para qué vamos a currar nosotros si estos grandotes lo hacen por nosotros?” y no se ejercitan.
  • Como los músculos externos no están preparados para este trabajo, no lo van a hacer bien y van a bloquear los pasos naturales de las ondas de sonido.
  • Como son músculos más rudos, van a poner más difícil un ajuste más preciso de las cuerdas vocales, por lo que es posible que nos hagan desafinar y no acceder con facilidad a las notas agudas.

¿Qué hace que aparezcan las tensiones?

Por un lado, lo que te comentaba al principio, ese desequilibrio vocal.

Que los músculos internos de la laringe no pueden soportar por sí mismos el flujo de aire.

Esto puede deberse a dos motivos:

  1. Que los músculos internos no tengan suficiente fuerza.
  2. Que el flujo de aire sea enviado a demasiada presión.

Pero a veces la cosa va más allá y aparece una tercera situación.

Cuando hay un exceso de músculo, incluyendo los músculos externos en la ecuación.

Esto querría decir que estamos haciendo de más, un trabajo que no es necesario, y que además es perjudicial.

¿Y entonces por qué lo hacemos?

Obviamente lo hacemos sin querer.

Y lo hacemos porque lo tenemos interiorizado por culpa de nuestras propias creencias y del lenguaje.

Porque creemos que más es mejor

Como dice el refrán: más vale que sobre que no que falte.

Pero en el caso de la voz es todo lo contrario.

Tiene que haber un perfecto equilibrio, más de un lado o de otro desestabiliza la balanza y nuestra voz se ve resentida.

Porque creemos que las cosas buenas cuestan esfuerzo

Y es verdad, pero en el caso de la voz no es un esfuerzo físico, es un esfuerzo de persistencia.

Piénsalo bien.

Hay muchísimas habilidades que no se mejoran a base de esfuerzo físico, sino de repetir y repetir secuencias hasta que las dominamos.

Este es el caso de la voz, por eso decimos siempre que cantar es una habilidad motora.

La fuerza del lenguaje

Hablamos de músculos y tú, yo y todos tenemos asociada la palabra músculo a la fuerza.

Así que literalmente hacemos fuerza para intentar alcanzar las notas agudas.

Pero la cosa tiene trampa.

Porque los músculos que deberías activar ni siquiera los sientes, porque son muy pequeñitos.

Así que activas los que sí sientes, que son los externos.

Y para alcanzar las notas agudas, literalmente empujas con tus músculos externos la voz, alejándola de ti.

Porque eso es lo que significa la palabra empujar: hacer fuerza directamente sobre algo para alejarlo de ti.

En el caso del título de este artículo, empujar las tensiones lejos de tu voz, es bastante acertado, porque lo que queremos es alejar esas tensiones de nosotros.

Como en este caso, hay muchas ocasiones en la vida en las que empujar es útil.

Cuando no te arranca el coche y lo empujas para que arranque por la inercia, cuando empujas el columpio de un niño para que se lo pase mejor…

Pero si la frase del título estuviera escrita al revés, su connotación cambiaría: “empuja tu voz lejos de las tensiones” significaría que te quedas con las tensiones y dices adiós a tu voz.

Y esto nos lleva a deducir que cualquier frase que lleve “empuja tu voz” es mala para nosotros, porque si la empujamos, lo que estamos haciendo es alejarla.

Y además estamos haciendo fuerza para conseguirlo.

Sé más listo y no empujes más

Desde tiempos inmemorables, los humanos hemos utilizado nuestra inteligencia para evitarnos cada vez más trabajo físico:

Primero se inventó la rueda, que hace que puedas “empujar” algo, pero que ese algo disminuya su peso una barbaridad.

Te lo digo yo, que cuando voy a comprar las garrafas de agua me alegro un montón de que se inventara el carrito de la compra.

Incluso las velas de los barcos están pensadas para que sea el viento el que “empuje” el barco, en lugar de nosotros con los remos.

Así que tú tienes que encontrar la manera de que alguien haga ese trabajo por ti.

Si quieres cantar notas agudas, no tienes que empujar tu voz hacia tu cabeza, prueba simplemente a inclinarte hacia adelante como si hicieras una reverencia y aprovecha la inercia.

¿Y cómo me ayuda todo esto a quitarme de encima las tensiones?

Pues lo primero es hacer un cambio de chip.

Ahora sabes que para el canto menos es más.

Cuanta menos fuerza hagas, mejor y se acabó eso de empujar.

No alcanzarás las notas agudas a base de fuerza, accederás a ellas utilizando los músculos internos y dejando relajados los externos.

Pero con mucha razón me dirás que eso no es tan fácil, porque no puedes ver esos músculos internos y no sabes cómo controlarlos a voluntad.

Como te decía hace un rato, tienes que hacerlo como se entrena una habilidad motora: con ejercicios específicos que hagan que refuerces ese comportamiento muscular y lo automaticen, siempre sin hacer fuerza.

En este artículo encontrarás algunos ejercicios que te ayudarán a entrenar esos músculos internos, pero ten cuidado y no los utilices al tuntún.

Porque igual no son los ejercicios que tú necesitas.

Recuerda los casos:

  1. Que los músculos internos no tengan suficiente fuerza.
  2. Que el flujo de aire sea enviado a demasiada presión.
  3. Que haya un exceso de músculo, incluyendo los músculos externos en la ecuación.

Si estás en el primer caso, los ejercicios te vendrán bien, pero si estás en cualquiera de los otros dos, te pueden perjudicar.

Así que yo te recomiendo que no empieces por ahí.

Empieza cambiando el chip, para hacer menos fuerza muscular.

Si eso no funciona, además de lo anterior, reduce la presión del flujo de aire.

Esto lo puedes conseguir reduciendo el volumen.

Sólo con esto ya deberías empezar a sentir más facilidad, pero si no es así y no consigues reducir el volumen sin que tu voz suene airosa, utiliza los ejercicios del artículo que te he pasado antes.

Así que ya sabes, ¡empuja el ratón hacia el botón de compartir! 🙂

Imagen: Atribución Algunos derechos reservados por The U.S. Army

  • Alberto Sierra dice:

    Yo tuve una gran voz
    Lo tenia todo. Se que naci para cantar.
    Pero.di.con mala gente en mi .camino ,contratos frustrados…etc
    Esto provoco en mi una inseguridad y cierta.depresion que mr.provoco una,.segun el otorrino, una hipotonia.en una de.las cuerdas.
    Ya nunca fui el mismo, hasta mi caracter cambio.
    Mi.voz,.con aire,.sin vida, simpre.fuera de.tono.
    Recuerdo cuando.podia cantar jesucristo superstar e uncluso opera y se me saltan las.lagrimas.
    En fin… cuidado con las.falsas.promesas.y los.productores y managers despiadados. Pueden arriunar vuestra carrera.
    Un abrazo.

    • Jo Alberto! Qué triste historia, espero que puedas recuperar tu voz.

      Tienes mucha razón en lo que dices, a veces «lo que vende» es malo para tu voz y es mejor seguir otro camino, aunque parezca más largo.

      Gracias por compartir tu historia.

  • Tomas Alberto dice:

    Soy cantante, y siento que lo hago bien hasta muy bien, pero siempre tengo a pesar de colocar bien la voz largos tiempos de disfonía, a veces me paso horas sin hablar y al retomar el dialogo, salgo hablando hasta casi con ronquera, sabes que puede ser eso??

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