El flujo de aire… ¿qué narices es eso? ¿Y qué tiene que ver con el canto?
La primera impresión puede ser la del manejo de la respiración, ¡pero nada más lejos!
El flujo de aire nace en los pulmones, pero una vez sale de ahí, la cosa se complica 😮
¿Preparado para conocer más íntimamente al flujo de aire? Conocerás:
- Qué es, con palabras que usamos en nuestro día a día.
- Su relación con la presión de aire.
- Mis 4 herramientas preferidas para controlarlo
- Lo peligroso que puede ser un caudal de agua XD
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Transcripción del episodio
El aire es uno de los elementos más importantes en el canto.
Sin él, las ondas de sonido no se generarían.
Y tan importante es el flujo de aire en sí como la manera en que lo controlamos.
Puede ser como un jardín muy cuidado: precioso y simétrico; o como un jardín salvaje, con hierbajos y hojas secas.
Así que hoy voy a crear contigo tu propio jardín del edén, te voy a ayudar a controlar tu flujo de aire.
¿Qué es el flujo de aire?
Es el aire que enviamos a través de nuestras cuerdas vocales para producir las ondas de sonido.
Es tan sencillo como esto, pero a la vez no es tan sencillo.
Porque un caudal de aire, como ocurre con el agua, es muy difícil de controlar.
El agua se abre paso en la naturaleza, aunque los humanos hemos encontrado maneras de guiarla a nuestro antojo.
En el caso del flujo de aire que utilizamos para cantar, contamos con la ventaja de que los conductos por los que fluye el aire están bastante bien definidos.
Aún y así, podemos fastidiarla modificando estos conductos.
Esto se haría, por ejemplo, a través de las tensiones.
Por poner un ejemplo del que hemos hablado bastante, si tu laringe sube o baja demasiado, estás manipulando estos “conductos fluviales”.
Además, hay otra cosa que afecta mucho para que todo vaya sobre ruedas: la presión del aire.
¿Cómo influye la presión del aire en el canto?
La presión de aire es el efecto de la compresión cordal.
Y la compresión cordal es cuánto se juntan nuestras cuerdas vocales entre sí.
Una compresión cordal media, nos dará una presión de aire media y esto nos dará más volumen con el mismo esfuerzo.
Pero es importante que sea una compresión media para evitar tensiones musculares.
Si es poca, el volumen se reducirá y si es mucha puedes llegar al punto en el cual se reduzca el volumen o se corte.
Es pura física.
Si tienes una manguera y haces la boquilla más estrecha cubriendo con el dedo parte de la misma, el agua saldrá a más presión.
Lo increíble es que es la misma cantidad de agua, pero va mucho más rápido y parece que haya más.
Así mismo pasa con el aire.
Por otro lado, igual que una catarata de agua es incontrolable por su cantidad de agua, este elemento es esencial en el caso del aire que utilizamos para cantar.
Cuanto mayor sea el flujo de aire, más difícil será de controlar.
¿Y cómo conseguimos dosificar este aire?
Nosotros tenemos el control.
Lo podemos controlar de la misma manera que podemos soplar más o menos fuerte.
Cuanto más fuerte, menor capacidad de control tendremos sobre el flujo de aire.
Si nuestras cuerdas vocales no son lo suficientemente fuertes para soportar ese flujo, entonces acuden al rescate otros músculos que no deberían actuar:
Los músculos del cuello, la lengua, la laringe…
¡Las odiadas tensiones!
Es por eso que cantar bajito suele ser más fácil que cantar muy fuerte.
Y es por eso por lo que recomendamos siempre empezar a practicar con un volumen más bien bajo.
La verdad es que controlar el flujo de aire no es tarea fácil.
Hay muchas personas que no pueden evitar aumentarlo cuanto más agudo cantan.
Es decir, que cuanto más agudo cantan, sienten que necesitan subir el volumen.
Esto es un problema, porque en ese preciso momento, empiezan a perder el control sobre sus voces.
Así que hay que buscar maneras de conseguir controlarlo.
Te voy a dar algunas ideas.
¡Eso sí! Como siempre… esto cuesta mucho trabajo y horas de práctica con ejercicios.
Veamos 4 herramientas para controlar el flujo de aire
No te fustigues porque al principio no consigas nada, porque es normal.
Recuerda que se trata de probar durante bastante rato, incluso días, concentrándote bien en lo que haces y buscando diferentes perspectivas.
Y recuerda que tienes que atacar a tu problema concreto.
Porque tanto hay personas a las que les cuesta reducir el volumen en las notas agudas, como hay personas que aprietan tanto sus cuerdas vocales que no consiguen que salga ningún sonido.
Y las soluciones serían contrarias.
Dicho esto, vamos a ver esas herramientas:
Legato- staccato
Estos términos son adoptados del italiano.
Legato viene de ligado, lo que significa que las diferentes notas se ejecutan sin interrumpir el flujo de aire, seguidas.
Y staccato viene de despegado, lo que significa que las diferentes notas se separan por un silencio, o sea que interrumpimos el flujo de aire.
Si estás ejerciendo demasiada fuerza muscular y se te corta la voz, lo que necesitas es intentar no interrumpir el flujo de aire, es decir, que tendrías que utilizar el legato.
Puede que sólo te pase en las notas agudas o sólo en las graves, así que tienes que adaptarte a lo que te esté pasando.
Si lo que te está pasando es que tu voz se escucha demasiado airosa, entonces es que tienes poca presencia muscular.
En ese caso, tienes que utilizar el staccato, para interrumpir el flujo de aire.
Tienes que encontrar el punto justo de equilibrio entre el aire y el músculo.
Es la única manera de controlar ese flujo de aire.
Y jugar con el legato y el staccato es muy buena idea, porque lo haces de una manera muy natural.
Consonantes
Otra manera natural de controlar el flujo de aire.
Lo hacemos al hablar sin darnos cuenta.
Carlos ya dedicó un episodio súper interesante a hablarte de las consonantes, concretamente el episodio número 51 de El Sensei del Cantante.
Y te habló mucho más profundamente sobre este tema que nos ocupa y el papel concreto de las consonantes.
Las consonantes que dejan pasar más aire y las que lo interrumpen.
Es muy parecido a lo que hemos visto con el legato y el staccato.
Las consonantes más oclusivas tendrían el mismo efecto que el staccato y las menos oclusivas tendrían el mismo efecto que el legato.
Recuerda que es bueno utilizar diferentes herramientas para que tu voz se adapte mejor a los cambios.
Y recuerda que además, estas herramientas son combinables entre sí.
Puedes decir CU CU CU de manera más o menos oclusiva, dejando pasar más o menos aire.
Lo ideal es un punto medio, ni muy ocluido ni muy airoso.
Los labios
Nos sirven para modificar ligeramente el conducto por el que fluye el aire.
Y aunque parezca que no vas a conseguir grandes cosas sólo con ellos, la diferencia entre tenerlos en cuenta y no tenerlos, es asombrosa.
Sólo por cerrar un poco los labios sientes menos necesidad de echar más y más aire.
Y como tu cerebro sabe que la abertura de salida es más pequeña regula la cantidad de aire y dejas de tener la necesidad de hacer fuerza.
Eso sí, es probable que al principio no puedas evitar abrir la boca más en las notas agudas, pero recuerda que es cuestión de práctica.
Tienes que exagerarlo sacando morritos como si fueras a dar un besito o a silbar.
Te voy a dar una pista para el próximo y último apartado.
Fíjate en lo que pasa cuando haces ese gesto de dar un besito o silbar.
Tu mandíbula baja.
Así que esto nos lleva al siguiente apartado.
La eliminación de tensiones
Tenemos que deshacernos de las tensiones porque al hacerlo vamos a impedir que éstas intenten controlar los conductos por los que el aire circula.
Porque si les dejamos hacer, pueden interrumpir el paso del aire, pero de una manera no natural.
Apretar los músculos del cuello, la laringe, dejar la mandíbula y la lengua rígidas…
Todo esto puede darte la sensación de que ayuda a parar el aire, pero no lo hace y además impide que puedas vocalizar con normalidad, que se entienda lo que dices y que el sonido de tu voz se escuche natural y bonito.
Y no me voy a enrollar mucho más con este apartado porque ya te hablamos sobre cómo liberar la voz de las tensiones en el episodio número 22 de El Sensei del Cantante.
Imagen: Algunos derechos reservados por brownrobert73