Últimamente, me estoy encontrando por distintos sitios con bastante gente a la que le confunde mucho el tema de cómo conectar la voz de pecho con la voz de cabeza de forma que no se note ningún cambio repentino en la calidad de la voz.
Este es un problema que afecta a la mayoría de aspirantes a cantantes o, incluso, a cantantes profesionales.
La voz de pecho y la voz de cabeza utilizan diferentes mecanismos de las cuerdas vocales para ser producidas.
Es ahí donde reside la dificultad del problema.
En la voz de pecho utilizamos las capas internas y los músculos de las cuerdas vocales, mientras que en la voz de cabeza utilizamos sólo las capas externas.
Cuanto más aguda es la nota, menos masa muscular utilizamos.
Por esta razón es por lo que se necesita menos presión de aire en las notas agudas que en las graves.
Es este cambio de coordinación el que debemos aprender a utilizar, reduciendo gradualmente la masa de cuerdas vocales a medida que subimos.
El gallo o flip ocurre cuando aún no podemos movernos de una coordinación a otra de forma gradual y suave.
Quizás estiramos la voz de pecho hacia arriba hasta que no aguanta más y entonces «rompemos» a voz de cabeza o a falsete, o quizás no estiramos el pecho pero no vamos cambiando la coordinación, por lo que cuando la voz de pecho llega a su límite natural, la voz de cabeza coge el relevo de forma tajante.
La vivencia de cada uno con este fenómeno es un problema.
Si no puedes conectar ambas voces de forma gradual, es porque nunca has sabido cómo hacerlo.
Has estado viviendo con ello desde que tienes uso de razón, y desde que entrenas tu voz para mejorar has sido aún más consciente del problema y del mecanismo que tienes instalado, por lo que cada vez tu mente entiende menos la posibilidad de que haya otro camino.
Esto es completamente normal y lo mejor que podemos hacer es confiar en la gente que sí lo ha conseguido, creernos que es posible para nosotros también y hacer los ejercicios necesarios para hacerlo.
Personalmente era uno de los mayores problemas que tenía antes de conseguirlo.
Era increíblemente frustrante.
Era incluso más frustrante cuando conocía a alguien que podía hacerlo de forma natural y, lo que es peor, esa misma persona era totalmente incapaz de hacerlo mal.
No conocían el gallo o flip.
Al igual que yo, sólo conocían una forma de hacerlo.
La diferencia es que ellos habían vivido siempre con la forma correcta.
Si a esto le añades el hecho de que la gente no suele confiar en que alguien pueda aprender a cantar, tenemos la receta perfecta para fracasar.
Sin embargo, como ya te he comentado, es perfectamente posible conseguirlo, probablemente en cosa de pocos meses (aunque depende de la dedicación y predisposición de cada uno).
Aunque depende de tu estado actual, el mejor comienzo suele ser practicar a un volumen extremadamente bajo.
Ir pasando de voz de pecho a voz de cabeza una y otra vez.
La velocidad también es un factor importantísimo.
Tienes que «deslizarte» desde tu voz de pecho a tu voz de cabeza (y viceversa) de forma muy muy lenta.
Piénsalo: estás aprendiendo a coordinar de una forma que no estás acostumbrado.
Primero tienes que ir lo más despacio posible para «ver» y «entender» cuál es la sensación de la transición suave y gradual de una voz a otra.
Una vez tu mente empiece a entenderlo, será momento de incrementar un poco la velocidad, para que mejore esa habilidad adquirida.
Si lo piensas bien no hay ninguna diferencia a cómo aprendes a tocar la guitarra, la batería, el piano, …
Como nota final quiero añadir que no te fijes en la calidad de tu voz.
Puede que te suene peor (más airosa, demasiado floja, sin cuerpo, a Mickey Mouse, etc.), pero debes centrarte en la conexión.
Si con esta voz (que no es la que quieres) puedes conectar, significa que vas a mejor.
Mejor no quiere decir perfecto; quiere decir mejor.
Y eso es lo que buscamos.
La perfección (si es que existe) llegará cuando juntes muchísimos mejores a tu voz.