Cantar es para mí, para ti, para el vecino de enfrente y para cualquiera que tenga cuerdas vocales.
Es un don que nos ha sido concedido de regalo con la capacidad de hablar.
Y aunque algunos son capaces de utilizar su voz para cantar de manera instintiva, para otros es un poco más complicado.
Cuando cantar te resulta fácil, hay algunas cosas que te gustaría mejorar, pero no tienes ninguna duda: cantar es para ti.
Si embargo, cuando cantar resulta difícil a menudo te preguntas si cantar es lo tuyo.
Si quieres saber si te merece la pena aprender a cantar, estás en el lugar adecuado.
Es innegable que puedes aprender a cantar bien desde cero.
Si aún tienes dudas sobre eso, deberías leer esto.
Así que lo que te toca es valorar si te merece la pena en cuanto a tiempo y esfuerzo.
Y es importante que lo tengas claro, porque si vas a arrancar en este camino y te rindes a la mitad, será una espinita que se te quedará clavada.
¿Cuánto tiempo voy a tardar?
Es muy difícil contestar a esta pregunta de manera generalizada, porque cada persona es un mundo.
Sin embargo, según nuestra experiencia, la media de tiempo estimada es de unos dos años.
Esta cantidad es muy relativa, ya que hay algunos factores que pueden alterarla, pero como ya tenemos un artículo al respecto, te dejo aquí el enlace para que te lo leas.
Por supuesto siempre hay personas que tardan menos que otras, pero no debes esperar ningún milagro, porque eso sólo conseguirá frustrarte al final.
De hecho, hay casos de personas que han tardado más de 5 años.
Y eso con una buena guía técnica, lo cual es esencial.
Así que vas a tener que hacer acopio de toda la paciencia que puedas.
Si eres una persona paciente, cantar es para ti.
Si eres impaciente, mejor dirige tus esfuerzos en otra dirección y haz otra cosa que te resulte más fácil.
O puedes probar unos meses, porque la velocidad de aprendizaje es diferente para cada persona.
Date por lo menos dos meses.
Si resulta que en esos dos meses has sentido avances, no hace falta que te lo diga yo, porque por ti mismo tendrás la motivación necesaria para continuar.
Si te sientes exactamente en el mismo punto que al principio, es porque igual has avanzado tan poco que no lo aprecias, o porque simplemente tú necesitas más tiempo.
¿Cuánto esfuerzo me va a suponer?
Mucho, poco… depende.
El esfuerzo también es relativo.
Seguro que has oído el refrán:
Sarna con gusto, no pica.
Si disfrutas del camino, no es un esfuerzo.
Es más que nada el esfuerzo de ser constante.
No es algo a lo que le dediques toda una tarde y ya está hecho.
Es algo que tienes que practicar cada día.
Además, tendrás que practicar con ejercicios, lo que a veces puede ser aburrido… ¡porque no es cantar!
Visto así, estarás pensando: ¡jolín! vaya ánimos que me da esta chica. :/
Pero ya sabes: al que algo quiere, algo le cuesta y si fuera fácil y rápido, todo el mundo lo haría bien.
Como es tan duro, es muy frecuente que las personas que cantan bien lo hayan hecho así desde siempre.
Y no son ni mejores ni peores que los que no han tenido esa suerte.
Simplemente por el hecho de hacerlo bien es más fácil que se pasen el día cantando, porque les resulta agradable y placentero.
No les supone un esfuerzo terrible, no les causa malestar.
Por otro lado, algunas veces esas personas que lo hacen bien de manera innata, pueden llegar a desperdiciar su don.
Si no trabajan sus voces, se quedarán en el mismo punto para siempre.
Siempre harán simplemente lo que ya pueden hacer.
Y esto a veces puede llegar a ser una trampa, porque se puede sonar bien sin tener buena técnica vocal.
Puede parecerte que lo estás haciendo bien porque afinas y suenas potente, pero ¡cuidado!
Eso no lo es todo.
Pueden haber cosas que estén mal y esto acaba pasando factura en forma de lesiones vocales.
¿Cuántas veces habré escuchado ya el «antes podía hacer esto, pero ahora no sé por qué, ya no»?
Yo sí sé por qué.
Por qué estabas castigando a tus cuerdas vocales y las pobres han acabado por rendirse.
Muchos se engañan pensando que si no se dedican profesionalmente a cantar no les va a pasar nada por no trabajar en la técnica.
Y en parte es así, porque los que se dedican profesionalmente castigan mucho más a sus cuerdas vocales, porque las utilizan más.
Los que cantan de manera esporádica, puede que se queden sin voz un día, pero con reposo se recuperan.
Aún y así, también les puede acabar pasando factura, a la larga.
Es como si te hicieras una herida y cuando está medio cicatrizada la vuelves a abrir y así una y otra vez.
Algo así puede acabar derivando en algo realmente muy serio.
¡Ten cuidado!
Si te pasa muy a menudo, aunque no utilices tu voz de manera profesional, debes intentar corregir tu técnica.
Y cuando hablo de utilizar tu voz de manera profesional, no me refiero sólo a ser cantante famoso.
Profesores, locutores, comerciales… también si eres cantante aunque no seas famoso, tienes tu banda y haces tus ensayos o cantas por tu cuenta cada día.
Si utilizas tu voz en tu día a día a un nivel de exigencia alto y no la entrenas, ésta corre peligro de deteriorarse.
En cambio, aquellos que trabajan en sus voces, independientemente de si tenían talento innato o no o de si son profesionales o no, además de proteger sus voces, están luchando por lo que quieren.
¡Son super héroes y super heroínas de la constancia!
Los que tenían talento innato, si trabajan en sus voces, pueden llegar a ser verdaderas máquinas.
Y los que empiezan su aventura desde cero, aunque les lleve más tiempo y, sin duda, más esfuerzo, también lo pueden conseguir.
He tenido la suerte de conocer algunos super héroes y super heroínas de la constancia y de comprobar cómo sus voces iban mejorando o cómo superaban sus lesiones vocales.
Así que teniendo en cuenta todo esto, para saber si cantar es para ti, no tienes que valorar tus aptitudes como cantante tanto como tu paciencia y tu constancia a la hora de hacer las cosas.
Y si realmente quieres hacerlo, lo harás, antes o después.
Así que… ¡ánimo!
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