Imagina que tienes una pelota de tenis al fondo de la garganta.
¿Alguna vez te han dado una instrucción como ésta o parecida?
Si eres profesor, ¿alguna vez has pensado en dar esta instrucción?
Antes de hacer caso o de volver a dirigir a un alumno con ella, te invito a que leas cómo puede repercutir negativamente.
Lo primero, es averiguar por qué alguien usaría esta instrucción, con qué propósito.
Porque una instrucción como esta, al igual que todos los demás «imagina que» no sale de la nada.
Todos los imaginarios están basados en sensaciones que tienen otras personas, otros cantantes o los propios profesores.
Y está muy bien utilizar metáforas, porque son muy útiles para que la otra persona entienda mejor el propósito de lo que se está buscando, pero siempre hay que tener cuidado de que el alumno no se confunda y empiece a hacer cosas que no debe.
¿Qué se busca al decirle a un alumno de canto que imagine una pelota en el fondo de la boca?
Con la instrucción, lo que se busca es que se relaje la laringe, aumentando así el espacio de resonancia y consiguiendo una producción vocal libre de tensiones.
Dicho de otra forma, se busca que el alumno «abra» la garganta.
El problema es que según cómo sea la persona, imaginar una pelota en el fondo de la garganta le puede causar angustia.
Porque…
¿Qué pasaría si realmente tuvieras una pelota en el fondo de la garganta?
La verdad es que la comodidad y la relajación brillarían por su ausencia.
No podrías cerrar la boca, con lo que empezarías a generar saliva y te costaría tragar esa saliva, aunque es lo que querrías hacer.
¿No te parece realmente angustioso?
¿Qué reacciones se pueden producir en un alumno?
Una reacción psicosomática
La angustia que le produce imaginar una pelota en la boca se traduce en estrés y por lo tanto en más tensiones.
Es muy probable que el alumno empiece a querer elevar la laringe para situarla en la posición de tragar y así proteger a sus pulmones de que entre un cuerpo extraño.
¡Ojo! Tiene que ser una persona con un nivel muy alto de sugestión.
Yo personalmente no puedo llegar al punto en el que algo que imagino me produzca una reacción así, pero sí he visto casos en los que pasa.
Tensiones en otras partes de la boca
Puede que el alumno consiga relajar la laringe, pero muchas veces es a costa de tensar otras cosas.
Elevar demasiado el paladar para que quepa la dichosa pelotita o encoger la lengua y hacerla una pelota en el fondo de la boca para materializar lo que se está imaginando.
Todo eso hace que cantar sea más difícil.
¿Qué instrucción es buena para conseguir el mismo resultado sin los «efectos adversos»?
Te parecerá muy lógico el decirle al alumno que baje su laringe, que es realmente lo que quieres conseguir, pero tampoco es una buena instrucción.
No lo es porque de nuevo, para conseguir hacerlo, es posible que el alumno haga cosas de más o exagere demasiado esa bajada de la laringe.
La mejor instrucción siempre es utilizar algo que el alumno ya sepa hacer y cuyo resultado sea el que tú quieres que consiga.
En este caso, si lo que quieres es que baje la laringe de manera relajada, lo mejor que puedes decirle es que bostece y que haga los ejercicios con esa voz de bostezo.
Así no entra en juego la imaginación ni corres el riesgo de que el alumno malinterprete tus instrucciones.
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