Si eres cantante y estás pensando en si merece la pena para ti aprender a tocar otro instrumento, te doy la enhorabuena por haber empezado a planteártelo. 🙂
He sido cantante no instrumentista durante muchos años y te puedo decir que aprender un instrumento (no virtuosamente), ha sido muy bueno para mejorar ciertos aspectos que como cantante me habían costado un poco.
El Sensei está tan contento que me ha pedido que te hable sobre ello en el episodio del podcast esta semana, así que aquí estoy.
¿De qué va el episodio?
- Te cuento las ventajas que le veo a saber tocar un instrumento si eres cantante
- Te propongo un ejercicio para sacarle más partido e ir más rápido en obtener una de esas ventajas.
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Transcripción del episodio
Muchos cantantes se preguntan si deberían aprender a tocar un instrumento para ser mejores cantantes.
Y aunque parezca que una cosa no tiene nada que ver con la otra, puede ser que sí la tenga, más de lo que piensas.
Así que voy a darte mi opinión al respecto en base a mi experiencia tanto como cantante como profesora.
En mi opinión, saber tocar un instrumento si eres cantante es algo bueno (y si no lo eres también) 😛
¿Cuáles son las ventajas de saber tocar un instrumento para un cantante?
#1: Puedes adaptar las canciones que quieres cantar
Ya no te tienes que preocupar de nuevo por el tono original de la canción.
Si tocas un instrumento puedes adaptar las canciones al tono que a ti te vaya mejor.
De hecho, puedes probar varios tonos en un momento.
Ya sabes que adaptar el tono de la canción que vayas a cantar a tus características personales es esencial para que tanto la interpretación como el toque que le des sean únicos.
#2: Puedes componer tus propias canciones
¿No te ha pasado alguna vez que tienes una letra de canción y la melodía pero no puedes ponerle instrumento?
Pues eso se termina si tocas un instrumento, porque puedes buscar los acordes e incluso mejorar la canción gracias a eso.
#3: No te aburrirás en los ensayos con tu banda
Recuerdo que cuando nos poníamos a componer una canción nueva yo no podía hacer nada hasta que hubiera una base musical mínima.
En cuanto la había podía empezar a esbozar una letra mientras los músicos hablaban sobre los acordes y los cambios, pero les escuchaba hablar y a mí me sonaba todo a física cuántica.
Y cuando terminaba con la letra, si ellos no habían terminado de ajustar y probar, no tenía nada que hacer y me aburría. 🙁
Si sabes tocar un instrumento puedes aportar tus propias ideas a la composición de canciones en grupo y son un poquito más tuyas.
Sí es verdad que muchas veces yo llevaba la melodía hecha y en base a ella sacábamos una canción, pero eso era mucho más aburrido que crear todos juntos algo nuevo.
#4: No necesitas a nadie
Para mí era increíble y maravilloso quedar con mi banda.
Un grupo de personas que hacíamos música. Es muy divertido y una manera genial de pasar el tiempo.
Y para mí, siempre es mejor hacer música con otras personas, cada una de ellas aportando su instrumento y poniendo su alma en ello.
Aún y así, la primera vez que conseguí cantar y tocar a la vez una canción me pareció un momento mágico.
Estaba consiguiendo crear yo sola, de la nada, esa sensación increíble de cuando quedaba con mi banda.
Lo mejor de todo es que puedo hacerlo en cualquier momento que quiera (mientras respete a los vecinos, claro).
Y el último y más claro beneficio para los cantantes y el que merece un ejercicio
#5: Te ayuda con los problemas de tempo
Cuando tocas un instrumento te acostumbras a seguir unos bucles de notas que se van repitiendo (en las canciones más sencillas).
Y estos bucles de notas tienen que encajar en un tempo.
No es que tengas mucha opción, es que es lo natural.
Aunque te cueste seguir el tempo sin tener un metrónomo delante igualmente vas a seguir tu propio tempo.
Sabes sin pensarlo que después de ese acorde entra la voz.
Repito: porque es lo natural.
Eso te ayuda mucho cuando sólo estás cantando, porque inconscientemente escuchas las notas y te adaptas al tempo de la grabación como si fueras tú quien las estuviera tocando.
Vamos a hacer un ejercicio de tempo con la canción “Jelous guy” de John Lennon.
¿Te acuerdas de lo que te comentaba antes sobre adaptar el tono al que a ti te vaya mejor?
Pues yo ya lo he hecho para practicar con este ejemplo.
Si no tienes ningún instrumento puedes practicar dando palmas.
Empezamos tocando el bucle de notas que se va repitiendo, de la manera más sencilla que se pueda. No se trata de hacer virguerías con el piano o la guitarra ahora mismo, sino de que sea funcional.
Que suenen los acordes que tienen que sonar y se te quede grabado el tempo al que tienes que tocarlo y cantarlo.
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Vamos a contar con números cuánto rato estás con cada acorde.
(ESCUCHAR EL AUDIO PARA OÍR EL EJEMPLO)
Y ahora tiene que encajarte la melodía de la canción en ese tempo. No lo hagas con la letra al principio para no liarte, puedes usar una sílaba que te vaya bien.
A mí, por ejemplo me viene genial con MUHM.
(ESCUCHAR EL AUDIO PARA OÍR EL EJEMPLO)
Y ahora que has ido encajando la melodía, puedes probar a poner la letra.
(ESCUCHAR EL AUDIO PARA OÍR EL EJEMPLO)
Si ahora lo pruebas a cantar sin música, verás que ha sido fácil interiorizarla.
Prueba a cantar sin música pero añadiendo la parte instrumental que falta donde no cantas porque ahí está la clave para conseguir llevar el tempo sin problemas, escuchando el ritmo de la canción en tu cabeza mientras cantas.
Te dejo con el ejemplo:
(ESCUCHAR EL AUDIO PARA OÍR EL EJEMPLO)
Imagen: Algunos derechos reservados por Johanna Bocher
Pero bueno, Carlos… ¡Suplantando a Esther! Me voy a chivar al Sensei ?
jajajaja!! Noo, por favooor! Ha sido un accidente! Eso me pasa por usar el ordenador de Carlos…