Sufrir un gallo al cantar es algo así como la gran fobia de todo cantante.
Cuando a alguien le ocurre, automáticamente se asume que no sabe cantar o que es un mal cantante, y por eso es algo que se suele querer evitar a toda costa.
Y sí, durante una canción no quieres que te salga un gallo, pero… ¿sabías que si te sale un gallo al cantar mientras practicas, puede ser algo bueno?
Vaya vaya… ¿va a resultar que estos pollos inesperados pueden ayudarte a cantar mejor?
¡Pues sí!
Pero para que puedas reconocer las ventajas de los gallos al cantar, antes necesito explicarte algunas cosillas.
¿Qué pasa físicamente cuando estás cantando y te sale un gallo?
En pocas palabras, ocurre un cambio abrupto de coordinación, es decir, cambias de registro vocal de forma repentina, sin mezclarlos, cuando normalmente lo que queremos es justo lo contrario.
Por ejemplo, te puede salir un gallo cuando cambias de voz de pecho a falsete, de voz de cabeza a voz de pecho, de voz de cabeza a falsete, …
SIEMPRE que haya un cambio brusco en la calidad del sonido, un gallo ha pasado por tu garganta.
Te puede pasar incluso hablando, o durante el cambio de voz, ya que ahí también ocurren cambios abruptos de coordinación (aunque por diferentes motivos).
¿Por qué un gallo al cantar se percibe como algo malo?
Principalmente porque la afinación falla.
Normalmente los gallos ocurren de forma descontrolada porque no son provocados por el cantante.
Por eso, cuando el gallo aparece y la voz cambia de coordinación muscular, la nota también se ve alterada, pero de forma involuntaria.
Al ser un cambio involuntario, la nota que resulta de este cambio no es una nota que el cantante quiere hacer, por lo que es más probable que no encaje con la canción que se está cantando.
Pero todo esto no quiere decir que un gallo al cantar implique que te haga desafinar, porque se pueden provocar y controlar los gallos voluntariamente, como puedes ver en este artículo sobre el falsete.
¿Que implica luchar contra el gallo?
El gallo es más fuerte y más rápido que tú, que yo y que nadie, por lo que tiene las de ganar… SIEMPRE.
Hay dos casos muy comunes en los que la lucha te puede salir muy cara.
Cuando las notas agudas te cuestan mucho esfuerzo
El caso más común de que aparezca un gallo al cantar en chicos es el de estar cantando en tu voz de pecho y cantar cada vez notas más agudas.
Llega un punto en el que la voz dice “basta” y aparece el gallo.
Normalmente la gente describe esta sensación como que cada vez tienen que hacer más y más fuerza para que el gallo no salga.
Pues bien, seguir este camino es horrible por varios motivos, pero el peor de todos son las lesiones vocales.
Este tipo de uso de la voz es el que te lleva a desarrollar nódulos en las cuerdas vocales.
Cuando te quedas sin aire en las notas graves y tienes poco volumen
Este otro caso es muy común en chicas, y es el de directamente evitar la zona del gallo.
Esto se consigue utilizando la voz de cabeza a lo largo de todo el rango vocal.
Parece buena idea, porque asi evitas tener que hacer un cambio de coordinación muscular, pero es un error.
Las personas que cantan así se suelen quedar sin aire en las notas graves, lo cual afecta más a la interpretación de la canción que a la salud vocal.
Además, la voz de cabeza no puede llegar nunca tan grave como la voz de pecho.
Por otro lado, cuando sí se compromete más la salud vocal es cuando quieres cantar así con mucho volumen.
Para conseguir mucho volumen necesitas que las cuerdas vocales se junten correctamente y utilizar una presión de aire considerable.
Pues bien, los músculos encargados de producir la voz de cabeza NO SON los músculos encargados de juntar las cuerdas vocales.
Lo que suele pasar en estos casos es que el cantante incrementa la presión de aire, pero las cuerdas vocales no se pueden juntar lo suficiente, por lo que de forma instintiva el cantante incrementa aún más la presión de aire.
Este desequilibrio entre aducción de cuerdas vocales y presión de aire provoca una gran fatiga, irritación de las cuerdas vocales y, a la larga, lesiones.
Por último, utilizar sólo la voz de cabeza para cantar limita en gran medida los estilos de música que puedes cantar.
Este es el motivo por el que la mayoría de mujeres cantantes de ópera no consiguen cantar estilos modernos sin que suene operístico.
Conclusión: el gallo siempre te atrapa aunque trates de esquivarlo.
¿Que puedes aprender de los gallos?
Son una señal clara de que no estás coordinando bien, y ahora sabes que a base de fuerza no lo vas a arreglar.
Los gallos son peleones por naturaleza, así que es mejor optar por el diálogo.
Si te sale un gallo cantando cierta frase de una canción, no la repitas sin más haciendo más fuerza para que no aparezca.
En su lugar, observa el sitio al que el gallo te ha llevado, muscularmente hablando, e investiga desde ahí.
Consejo pro: este casi siempre es el primer paso para encontrar la voz mixta.
Con los gallos puedes ampliar tu rango vocal
Ampliar el rango vocal se basa en algo muy muy sencillo: aceptar que tienes diferentes registros vocales y aprender a coordinarlos entre sí de forma sincronizada.
Como hemos visto en este artículo, cuando te obligas a cantar utilizando sólo un registro vocal, la cantidad de notas a tu alcance es muy limitada.
Si empiezas a aceptar tener gallos al cantar (¡o al practicar!), con práctica y paciencia encontrarás lo que muchos describen como “otra voz con la que es muy fácil cantar agudo”, en el caso de las personas a las que les cuesta horrores cantar notas agudas.
Donde está el trabajo duro es en las notas que se encuentran justo en el gallo, entre la voz de pecho y la voz de cabeza.
Con los gallos puedes aprender a cantar de forma relajada
Al margen del sonido que salga de tu boca cuando aparecen los gallos, ¿no sientes que es más fácil usar así tu voz?
Si normalmente te cuesta cantar agudo, al permitir que salgan gallos en tu voz puedes sentir inmediatamente cómo es más fácil hacer esas notas, sin importar el sonido.
Si normalmente te cuesta cantar grave, al permitir que salgan gallos, de repente sientes que es más fácil cantar esas notas, y además te das cuenta de que tienes una voz mucho más fuerte de lo que pensabas.
Una vez más, las notas que están entre la voz de pecho y la voz de cabeza serán las que tendrás que trabajar más.
¿Puedes dañarte la voz si te salen muchos gallos al cantar?
No.
Es curioso, porque cuando cantas forzando tu voz de pecho (el primer caso que hemos visto) o cuando cantas evitando el gallo (el segundo caso), pueden aparecer lesiones vocales a pesar de que suene todo mucho mejor que con los gallos.
Pero esto no es más que otra prueba de que antes de buscar el sonido bonito tienes que buscar la coordinación muscular correcta.
El sonido llega después.
Con los gallos no puedes hacerte daño porque, aunque los cambios musculares sean abruptos, por norma general son cambios a las coordinaciones musculares correctas.
¿Da que pensar? Espero que sí.
Nota: ningún gallo ha sido dañado durante la redacción de este artículo.