Sé que suena a tópico, pero no me da miedo decirlo: lo mejor de ser profesor de canto es encontrar satisfacción y realización a través de los logros de tus alumnos.
Para conseguir esos logros tenemos que estar en formación continua, porque cuanto más aprendemos, más herramientas tenemos para conseguirlos, y más rápido podemos conseguirlos.
Además, pienso que si te dedicas a ser profesor de canto es porque te gusta todo lo relacionado con la voz, además de enseñar, claro.
Por eso para mí es muy natural seguir investigando y formándome como profesor.
Pero no todo el mundo es así.
Hay profesores de canto que, sinceramente, no entiendo como decidieron dedicarse a esto.
Tratan mal a los alumnos, cuando algo no le sale al alumno se enfadan con él/ella porque no lo sabe hacer, y no tienen el menor interés en ayudar.
No entiendo como este tipo de profesores no tienen en cuenta que están jugando con la vida de sus alumnos.
Ellos apuestan por ser cantantes, a mayor o menor nivel, da igual, porque es algo muy importante para ellos.
Y estos profesores no ven el privilegio que esto significa…
Quiero mostrarte unos pocos perfiles de profesores que se niegan a evolucionar en sus profesiones, porque al final el único perjudicado eres tú.
Están los profesores arcaicos, los que nunca cambian
Estos profesores de canto son los que más resistencia al cambio presentan.
Han impartido clases de canto durante muchísimos años, y siempre lo han hecho de la misma forma, año tras año.
A este tipo de profesor lo he visto sobre todo en escuelas de música con renombre y en conservatorios (como el Liceu de Barcelona, por ejemplo).
Aunque suelen ser personas de edad relativamente avanzada (+50 años), también he visto a profesores jóvenes defender a capa y espada técnicas obviamente obsoletas.
Podrías pensar que si no cambian su forma de trabajar es porque simplemente funciona, pero lamentablemente no es el caso.
Como enseñan en grandes escuelas, pueden enseñar lo que les de la gana gracias al prestigio de esas escuelas, no gracias a su enseñanza.
Están acomodados y ya les está bien, porque tienen aulas llenas de alumnos que ni les cuestionan, cobrando un buen sueldo por ello.
Este tema me pone de mala leche, pero como ya hemos hablado de esto en este otro artículo, lo voy a dejar aquí.
El caso es que esto es HORRIBLE para el progreso, porque aunque la voz humana no haya cambiado desde hace siglos, nuestro entendimiento sobre ella ha evolucionado muchísimo.
Ignorar todo eso es querer estar ciego.
Están los profesores que se suben al carro de los términos científicos sin entenderlos
Este tipo de profesor es bastante peligroso.
A los arcaicos los puedes identificar en el momento en el que empiezan a hablar de canto, por la cantidad que bobadas que sueltan.
En cambio, estos otros utilizan términos técnicos que existen, como presión subglótica, formantes, poder acústico, armónicos, … e instantáneamente parece que sean unos expertos.
Pero como se suele decir, por la boca muere el pez.
Lo único que han hecho estos profesores es aprenderse unos cuantos términos y sus significados, pero no han profundizado lo suficiente como para no meter la pata.
Es muy típico escuchar hablar a un profesor de estos sobre el funcionamiento mecánico de las cuerdas vocales, para luego acabar diciendo que el pecho es un resonador de las notas graves, por ejemplo.
Realmente lamentable…
Por si esto fuera poco, estos profesores no se dan cuenta que parecer más listo no les hace mejor profesor, es decir, sus alumnos no van a mejorar sólo porque suelten términos técnicos.
De hecho, un buen profesor es el que coge términos complejos y es capaz de simplificarlos para transmitirlos al alumno de forma eficiente.
Están los profesores que hacen un curso de fin de semana para obtener un título
Existen cursos para profesores de uno o dos fines de semana en los que enseñan un método de forma oficial.
Y encima, al acabar esos dos días de entrenamiento, te certifican en dicho método.
En sólo 2 días. Así te lo digo…
El resultado es que cada vez hay más profesores con certificaciones oficiales de este tipo, lo cual engaña a sus alumnos.
Sin ir más lejos, mi primer profesor de canto tenía uno de estos.
Con los años he podido conocer a más profesores con este tipo de certificación, y he visto que estos certificados no sirven para nada, porque cada uno sigue enseñando lo que le da la gana, muchas veces diciendo cosas contradictorias entre ellos.
Aunque tampoco puedo culparles del todo… al fin y al cabo sólo invierten uno o dos fines de semana en su formación como profesores.
Lo gracioso es que luego a sus alumnos les dicen que aprender a cantar requiere años y años de estudio…
Están los profesores que cantan bien de nacimiento
Con estos tenemos un gran problema: ¿cómo podrías llegar a pensar que son malos profesores si cantan tan bien?
Al fin y al cabo, tu quieres cantar como ellos, y si ellos lo han conseguido, es natural pensar que pueden ayudarte a conseguirlo a ti también.
Pues aunque tenga sentido, esto no es cierto.
Hay personas que cantan bien de nacimiento, igual que las hay que dibujan bien, pero eso no las capacita para enseñar, básicamente porque no saben cómo han llegado a adquirir esas habilidades.
Este tipo de profesor suele impartir sus clases repitiéndote una y otra vez cómo tienes que cantar, pero en ningún momento te saben dar los pasos que tienes que dar para llegar ahí… porque no los conocen.
Se escudan en lo bien que cantan y te hacen sentir inútil por no poder hacerlo tú.
Es difícil, pero no te dejes cegar por sus voces.
Sin duda, que canten bien también es importante, pero lo que más te interesa a ti es que sepan hacerte cantar mejor A TI.
No porque tu profesor sepa cantar bien quiere decir que sepa enseñar bien.
Están los “coaches”, los que trabajan la técnica con emociones
Estos profesores esquivan la técnica por completo.
Con esto consiguen evitar tener que formarse, porque ellos trabajan a nivel emocional, nada de técnica.
Te suelen decir que las personas somos seres de luz y que la voz es lo que conecta las emociones con el alma, o cualquier rollo new age parecido.
Suelen trabajar con cosas como el sentirse bien, liberar el espíritu, sentir amor, … y todo esto está muy bien (si te gusta), pero es una forma de enseñar muy egoísta porque pone toda la responsabilidad del aprendizaje sobre tus hombros.
Si no consigues cantar ciertas notas o alguna canción, lo achacan a tu estado emocional y fin de la discusión: “si tú no eres capaz de sentir esto, tienes que seguir intentándolo hasta sentirlo.”.
Todo con una sonrisa, por supuesto 🙂
Si quieres mejorar tu técnica, dedícate a trabajar tu técnica de forma directa.