¿Qué tienes que pensar mientras cantas?

qué tienes que pensar mientras cantas

Somos personas, y como personas que somos, pensamos.

Estamos toooodo el día pensando.

Es imposible no pensar en nada.

Si lo intentas, te empezarán a venir pensamientos aunque no quieras: recuerdos, ideas, sueños, …

¡No dejamos de pensar ni durmiendo!

A veces, todos esos pensamientos nos entorpecen en algunas tareas.

¿Sabes si tus pensamientos te entorpecen cuando cantas?

La verdad es que puedes sacarle más partido a tu voz si te centras en lo importante, dependiendo de en qué momento te encuentres.

No te sirve de nada hacer ejercicios para descubrir tu voz de cabeza si mientras tanto estás pensando en qué película vas a ir a ver esta tarde al cine, por ponerte un ejemplo.

¿Qué pensar mientras practicas?

Entrenar tu voz a nivel técnico debería ser una tarea lo más analítica posible.

Si eres cantante, seguro que lo que más te gusta es expresarte y transmitir emociones al cantar.

En esos momentos, puedes dejar a tu mente libre y pensar en lo que más te ayude para conseguirlo.

Por eso, cuando entrenes tu voz es tan importante que cambies de perspectiva para convertirte más en un Einstein del canto.

Cambiar a una mentalidad analítica que lo cuestiona todo puede suponer un cambio radical en el rendimiento de tu voz.

¿Qué puedes cuestionar?

Por cuestionar, puedes llegar a cuestionarlo todo sobre tu voz.

Incluso tu faceta artística como cantante.

Pero quiero que este artículo te de una pauta clara y concisa con la que puedas trabajar, sin que tu mente divague y se vaya de paseo por Sueñolandia 🙂

Primero: La facilidad

Del 1 al 10, ¿qué puntuación darías a la facilidad física que te supone cantar y hacer ejercicios?

1 quiere decir que luchas con tu voz desde la primera nota que cantas y 10 quiere decir que no hay absolutamente ninguna canción que se te resista (si te animas, puedes compartir tu puntuación en la sección de los comentarios).

Si te puntúas con un 10, poco puedo hacer por ti en estos momentos 🙂

Si por el contrario cantar te supone un esfuerzo y no es lo suficientemente cómodo para ti como para disfrutarlo (aunque sea sólo en trozos específicos de algunas canciones), te dejo una serie de puntos que puedes comprobar y trabajar.

Cuando practiques y cantes, céntrate sólo en uno de ellos cada vez.

Las personas no somos buenas en centrarnos en varias cosas a la vez, pero sí lo somos en focalizarnos en una sola cosa y hacerla muy bien.

Aprovéchalo.

¿Mantienes un volumen homogéneo sin importar qué nota estás cantando?

Si no controlas el volumen de tu voz, él te controlará a ti.

La nota que estés cantando no debe dictar el volumen que tienes que utilizar. Todo lo contrario.

Eres tú quien tiene que decidir a qué volumen quieres cantar cada nota.

Si el volumen te controla, empezar a obligarte a mantenerlo estable (primero en ejercicios y luego en canciones) te va a ayudar a cambiar las tornas.

Es fácil no darse cuenta uno mismo de cambios en el volumen, así que aprovecho para recordarte lo importante que es grabarse y escucharse al cantar.

Céntrate en el volumen.

¿Tienes que alcanzar las notas?

Es una sensación muy incómoda.

Esto pasa normalmente en las notas agudas, por lo que puedes sentir la diferencia si cantas grave y luego cantas agudo.

Si cantar grave te es fácil, una buena meta es que busques esa facilidad en tus notas agudas.

Céntrate en todas esas tensiones que sientes cuando se acercan las notas agudas y evítalas a toda costa: a costa del sonido, a costa de los quiebres de voz, …

No importa lo que pase. Céntrate en buscar facilidad, no sonido.e

¿Te duele al acabar de cantar o practicar?

Esto no debería pasar nunca, pero puede pasar de vez en cuando.

Si estás explorando tu voz y buscando formas mejores de utilizarla, te encontrarás con muchas formas de usarla incorrectamente, y eso llevará a molestias.

No debe ser un problema si no insistes en ello, y por eso es tan importante centrarse en las molestias.

Muchas personas no le dan importancia a estar un poco roncas al acabar de cantar, o a sentir “cosquillas” en la voz, o a tener un incremento de mucosidad en la garganta.

¡A veces les dan tan poca importancia que no se dan cuenta hasta que se lo preguntas!

Pero todo son señales, y están ahí si pones atención en escucharlas.

Segundo: El sonido

La facilidad al cantar es muy importante y nunca se debe sacrificar por un buen sonido, ¡pero al final queremos sonar bien!

De nada te sirve que te sea tan fácil cantar como lo es respirar si no suenas bien, ¿no?

Pero puedes tener las dos cosas, y esa es la meta para todos.

Voy a dejar de lado el hecho de que un buen sonido es algo subjetivo, por lo que “qué es un buen sonido” tendrás que decidirlo tú.

Me explico.

A una persona le puede gustar el rock melódico y no gustarle nada la ópera.

Para esa persona, la ópera es un mal sonido, pero aquí estamos hablando de opiniones.

Pero desde un punto de vista técnico (objetivo) sí hay dos cosas que puedes preguntarte para mejorar tu sonido.

Céntrate en ellos, pero nunca sacrificando la facilidad.

¿La calidad del sonido de tu voz cambia bruscamente?

Un caso claro es un quiebre a falsete, a no ser que sea intencionado.

Si tus notas graves suenan muy diferentes a tus notas agudas, es momento de trabajar en equilibrarlas.

Pregúntate, ¿qué sientes cuando ese cambio ocurre?

¿Estás propiciando ese cambio brusco sin darte ni cuenta?

Quizás estás tratando de cantar todo con tu voz de pecho.

¿Qué pasa si tratas de no interferir en el cambio de notas?

Es difícil, pero nadie dijo que Einstein lo tuviese fácil 😛

¿Puedes sostener notas sin cambiar el sonido de tu voz?

Es común que sea más fácil cantar una nota una fracción de segundo que mantenerla durante un rato.

Seguro que te habías dado cuenta.

Pero de lo que no es tan fácil darse cuenta es de los cambios que haces cuando sostienes una nota.

Según mi experiencia, en ese momento la mente cambia el chip y se centra de lleno en el sonido, sin importar lo demás, y empieza a meter mano.

Empieza a modificar tu sonido para que suene “mejor”, subiendo el volumen, engordándolo, o cualquier otra virguería que se le ocurra.

Cuando esto ocurre, ya has perdido el control de tu voz.

La próxima vez que practiques o cantes, fíjate en tus notas sostenidas.

Centrarte en no cambiar nada desde el momento en el que empiezas a sostener una nota hasta el momento en el que la acabas es muy muy importante.

Primero, por el simple hecho de que eres tú quien decide qué hacer en todo momento.

Si quieres cambiar algo, que sea una decisión consciente, no algo que tu cuerpo haga por sí solo.

Y segundo, porque normalmente estos cambios que se producen, desequilibran tu voz, la descolocan, y cuando sigues cantando ya no te es tan fácil.

Puede ser por algo tan “sencillo” como esto.

Tercero: El volumen

Idealmente, el volumen sólo se debe trabajar cuando no estás peleando con tu voz en todo momento y tienes un sonido estable.

Un volumen alto demasiado pronto, no te permitirá tener un control fino de tu voz, como te comentaba antes.

Pero si ha llegado el momento de conseguir más volumen, centrar tu mente como un láser en estos dos puntos te ayudará a mantenerlo todo en orden.

¿Estás yendo poco a poco o estás yendo de 0 a 100 en 2 segundos?

Al principio te decía que las personas no podemos dejar de pensar.

Pues tampoco podemos dejar de ser impacientes.

Si has conseguido controlar tu volumen en todo momento hasta llegar a este momento, al momento de entrenar tu volumen, te mereces una medalla, un premio nobel o un burrito de chocolate.

No es fácil.

Si no lo has conseguido, te doy la bienvenida al club 🙂

Es de lo más normal incrementar demasiado el volumen cuando sólo quieres incrementarlo un poquito, pero no es buena idea.

Tanto en ejercicios como en canciones, cuando estés trabajando en un mayor volumen, enfoca todos tus sentidos a cuánto volumen estás añadiendo.

La clave es incrementarlo poco a poco.

Si no tienes control sobre cuánto volumen estás añadiendo, no tienes control sobre tu voz, y puede volverse en tu contra muy rápido.

Céntrate sólo en pisar un poquito más el acelerador, en vez de cambiar de primera a quinta marcha.

¿Estás perdiendo la facilidad o cambiando el sonido?

Un volumen alto te producirá una sensación vocal diferente a un volumen bajo.

Pero en ningún momento debe ser uno más incómodo que el otro.

Todo el trabajo que has hecho de cantar con facilidad no debe ser sacrificado por un cambio de volumen, ni bajo ni alto.

En el momento en el que veas que cantar te está costando más por cambiar el volumen, párate y restaura el volumen a los niveles que te son cómodos.

Concéntrate en quedarte con esa sensación de facilidad y vuelve a cambiar el volumen.

Nunca sacrifiques facilidad por volumen (sí, lo digo otra vez 🙂 )

Por otro lado, un cambio de volumen puede provocar que tu sonido cambie.

Algo muy parecido a lo que te explicaba que pasa al sostener una nota.

Hay personas que empiezan a engolar el sonido para incrementar el volumen, o a gritar.

No pierdas el control de tu sonido sólo para incrementar el volumen.

Si ves que te está pasando, haz lo mismo de nuevo: vuelve a unos niveles de volumen que te sean cómodos, donde puedas mantener un sonido estable, y grábate esa sensación a fuego.

Acto seguido, intenta replicarla con el nivel de volumen con el que estés practicando.

¿Conseguir la perfección?

No quiero que pienses que todo esto que te he explicado es una guía paso a paso donde no puedes avanzar al siguiente punto hasta tener el anterior resuelto.

La voz es un todo, y hay que trabajarla como tal.

Además de que es más divertido, es menos frustrante.

Así que no, no te recomiendo conseguir la perfección.

Te recomiendo conseguir sólo “un poco mejor”.

Un poco más fácil, un poco más homogéneo, un poco más de volumen, un poco menos, …

Por eso, te ayudará mucho más centrarte en “un poco mejor”, en el ahora, que centrarte en un futuro donde puedas cantar lo que quieras y como quieras.

Eso ya llegará, pero sólo si te centras en quitar las piedras del camino que tienes delante ahora, no en 100 kilómetros.

Si quieres echarme una mano y quitarme una piedrecilla de mi propio camino, puedes hacerlo compartiendo este artículo. ¡Gracias!

Imagen:  Algunos derechos reservados por planetschwa

>