Me he traído una motosierra porque sé que quieres cantar.
A casi todo el mundo le gustaría cantar bien.
¿Te encuentras ahora mismo pensando en si tienes todo lo que hay que tener para cantar?
¿Tienes el oído, la habilidad, la suerte, …?
¿O te lo planteaste hace un tiempo pero al ver que no avanzabas lo descartaste?
El mundo del canto es confuso, pero no porque sea más complicado que la física cuántica.
Es confuso porque se ha creado una cantidad ingente de leyendas y mitos que han echado raíces de acero en esta cultura con el pasar de los años, de las cuales ahora sufrimos las consecuencias.
Si a eso le añadimos nuestras propias dudas, prejuicios e inseguridades, … tenemos combinado potente de malas hierbas.
Dame un segundo para que arranque mi motosierra Trast-O-Matic 3000 y reventemos juntos esas raíces de acero para poder migrar a tierras más fértiles.
Raíz #1: Si no tienes buena voz, no puedes cantar. También conocida como: tienes que nacer con “el don”
La jardinería no es mi vocación, pero me encanta arrancar esta raíz de cuajo.
Cuando alguien te dice que no tienes voz para cantar, es porque no tiene ni idea de qué está hablando.
Me da igual si esa persona canta de una forma increíble o si es un erudito profesor del conservatorio de música.
Según mi experiencia, el que te dice esto es que no sabe cómo funciona la voz, y mucho menos como ayudar a alguien a construir el instrumento que es su propia voz.
Porque sí, es muy fácil pensar que todos deberíamos poder cantar de forma natural por el simple hecho de que todos tenemos una voz, y que cuando alguien no canta bien, simplemente es porque su voz no está hecha para cantar.
¿Eso quiere decir que el campeón mundial de natación nació con aletas en los pies?
Me parece que no… yo diría que ha estado más horas entrenando que viendo Los Simpson y comiendo cacahuetes.
Pero eso en la natación no es extraño, es algo normal, ¿verdad?
La diferencia es que la cultura de ese tipo de entrenamiento lleva años y años de ventaja a la cultura vocal.
Hace cientos de años pensaban que los eclipses eran cosa de magia o de los dioses… así de atrasada está la cultura del canto.
Con todo esto quiero decir que tu voz puede cambiar (y mucho) si sigues el entrenamiento vocal adecuado.
Este artículo es de lectura obligatoria si aún piensas que no puedes cantar sin haber nacido con una voz privilegiada.
Raíz #2: Vale, puedo aprender a cantar, pero… ¿sonaré bien?
Es necesario empezar por convencerte de que puedes aprender a cantar, pero eso sólo es el primer paso.
Luego empiezas a escuchar esa terrible vocecilla que no hace más que plantar semillas de duda.
Y la primera que va a plantar es si llegarás a cantar con una voz bonita, aunque consigas cantar mejor y mejor cada día.
Esta raíz es difícil de arrancar, porque es un trabajo que no puedes hacer de una sola vez.
Día a día tienes que ir pegándole tajos con la motosierra.
Cada vez que cortas un poco más esa raíz, la miras y sigue exactamente igual.
¡Es indestructible! No la voy a cortar nunca…
Eso es lo primero que suele venir a la cabeza cuando se trata del sonido de tu voz.
Aquí la constancia y la paciencia serán cruciales para hacer pedazos esta maldita raíz.
Tu voz SÍ puede cambiar y SÍ puede sonar mejor.
La voz es muy maleable.
Si no me crees, puedes probar ahora mismo a poner voz de trol, de pitufo o de lo más feo que se te ocurra.
¿Lo has conseguido?
Ahora imagínate cantando con esa voz… ¡horrible!
Sí, vale, pero una cosa es poner la voz fea, es fácil, y otra es ponerla bonita.
No te lo niego, pero el principio es exactamente el mismo.
La voz no nace de la nada, nace de tu forma de utilizar tus músculos.
Músculos, ligamentos, cartílagos, huesos, … hay un montón de cosas que influyen en el sonido de la voz.
El problema es que cantar bien es fácil de entender, pero difícil de hacer (si no sabes ya, claro).
Sólo hace falta que uno de esos elementos te entorpezca a la hora de cantar para que el castillo de cartas se vaya al garete.
Una tensión en la lengua puede apagar el sonido de tu voz o hacerla nasal.
Una tensión en tu mandíbula puede evitar que articules bien y hacer que “hables raro”.
Los labios mal puestos te harán gritar, los músculos de tu cuello harán que tu voz no suene limpia, …
Y la lista sigue y sigue.
De lo que se trata es de que, poco a poco, vayas eliminando todas las tensiones innecesarias, aprendas a sacarle partido a tus resonadores vocales, aprendas a utilizar correctamente tus cuerdas vocales, … y cada pequeño pasito que des, mejorará un poquito más tu voz.
Al principio no te darás ni cuenta, pero con el tiempo echarás la vista atrás y podrás ver lo que ha cambiado tu voz.
Raíz #3: No tengo oído musical
Esta raíz también la han plantado a mala leche.
¿Te gusta la música? ¿Disfrutas de ella?
¿Sí? Claro que sí.
Pues si a tu oído le gusta la música, a mi entender tienes oído musical.
Si no lo tuvieses, no te gustaría.
Otra cosa MUY diferente es que no afines al cantar y siempre estés fuera de tono.
Ese es un problema completamente diferente.
Tu oído funciona, tu cerebro entiende la nota pero no sabe cómo reproducirla con tu voz.
¿No me crees? Haz el test con nuestra app gratuita de entrenamiento de oído.
Eso es en lo que tienes que trabajar, en poder pensar una nota y cantarla.
Sin música, sin instrumentos, sin nada.
Piensa una nota, “escúchala” en tu mente y entonces cántala.
¿No es la que pensabas?
Ya has encontrado dónde está el problema.
Raíz #4: ¿Qué puedo tomar para cantar mejor y que debo evitar tomar?
Como te decía antes, la magia no existe.
No existe ninguna hierba mágica que mejore tu voz.
Mejorar tu técnica vocal sí mejorará tu voz.
Por supuesto sí que hay cosas que le pueden sentar mal a tu voz, como por ejemplo fumarte un tubo de escape del camión de la basura, pero creo que hasta esos límites no vamos a llegar 😛
En realidad hemos hablado largo y tendido sobre esta raíz en concreto en este artículo, por lo que puedes echarle un vistazo si quieres saber más, pero quédate con la idea principal: trabajar en tu voz es lo que hará que tu voz suene mejor.
Raíz #5: ¿Debo estudiar canto clásico o canto moderno?
¡Ninguno de los dos!
Debes estudiar (y practicar) técnica vocal.
Antes he dejado caer la frase “construir tu voz”.
No ha sido algo fortuito.
Cuando quieres preparar tu voz para cantar, lo que estás haciendo es construir tu propio instrumento.
Pongamos como ejemplo a alguien que no se le da cantar bien.
Su instrumento está a medias.
Es como si tuviese una guitarra con 2 cuerdas medio dobladas y en posiciones incorrectas, tuviese un agujero y el mástil torcido.
Puedes tener música celestial en tu cabeza, pero con un trasto así vas a necesitar algo más que suerte para sacar dos notas que suenen mejor que mi motosierra Trast-O-Matic 3000.
Y si no tienes ni idea de tocar la guitarra, aprender con una abominación como esa te hará ser peor guitarrista que antes de empezar a aprender.
¡La voz es lo mismo!
No tienes que aprender a cantar ópera, pop o funky.
Primero tienes que aprender a construir tu instrumento, luego a utilizarlo, y luego tocar el estilo que quieras tocar.
Ya te he dicho el porqué, pero si quieres saber más, todo lo tienes en este otro artículo.
Raíz #6: Me han dicho/he leído que tengo que aprender a respirar
¡Que alguien llame a una ambulancia, por favor! ¡Nuestro amigo lector no sabe respirar!
¡¡Rápido, intubación!!
¿Ves por dónde voy? 🙂
La respiración esta asquerosamente sobrevalorada en el canto, cuando lo único que tienes que saber es que tienes que respirar relajadamente, como cuando estás tumbado en la cama.
O viendo una película o jugando a videojuegos (siempre y cuando no sean de terror)
La voz es un todo: respiración, fonación y resonancia.
Trabajar sólo una parte de forma aislada no te ayudará, porque la meta es conseguir que las tres partes trabajen conjuntamente, de forma sincronizada.
Y para eso tienes que entrenarlas como un todo.
Pero va, tenemos un episodio de El Sensei del Cantante tan bueno sobre la respiración que no voy a privarte de escucharlo.
Puedes hacerlo pinchando aquí.
Raíz #7: Canta sin que te importen los demás. ¡Tu problema es de timidez!
Por un lado, sí existen los problemas de timidez.
El problema lo tienen las personas que no entienden que existe.
Personalmente, la mejor forma que conozco para vencer la timidez es hacer eso que te da corte hacer, en este caso cantar.
A partir de ahí, es una cuestión de repetir y repetir una y otra vez.
Tardarás más o menos, pero si te obligas a salir de tu zona de confort, al final pierdes el miedo.
Pero claro, estoy suponiendo que ya cantes bien.
Si no cantas bien, subirte a un escenario a cantar no hará más que empeorar el problema.
Primero tienes que construir tu voz, como te decía antes, y para ello tienes que practicar.
Y es aquí donde llego al tema que quiero tratar de verdad en este punto: practicar o cantar sin estar cómodo.
Si vives con más gente o tienes vecinos cerca y estás más preocupado de que te oigan que de lo que estás haciendo, toda práctica que hagas puede perjudicarte.
La timidez y el miedo atacan a la voz sin piedad.
Cierran tu garganta y todos los músculos de la zona de tu cuello se tensan.
En esas condiciones no se puede ni cantar ni practicar.
Si esto te pasa, por favor, por difícil que sea, encuentra un sitio donde puedas practicar tranquilamente.
Raíz #8: A cantar se aprende cantando
Es posible, pero no puedes construir tu voz sólo cantando canciones.
La parte estilística, es decir, tu estilo propio, la interpretación y demás, sí se aprende cantando (¡y escuchando!).
La parte técnica no.
Ésta se aprende haciendo ejercicios (normalmente aburridos, aunque después de un tiempo puedes acabar enganchándote a ellos).
¿Qué ejercicios? Esa es la gran pregunta que no tiene una respuesta concreta, ya que no todos los ejercicios de canto sirven de la misma forma para todo el mundo.
Lo más importante es tener un plan personalizado para tu voz.
Ejercicios específicos para el punto en el que te encuentres ahora, vocalmente hablando.
Es algo difícil de conseguir sin estudiar con un buen profesor de canto.
Raíz #9: ¿Qué canción quieres cantar?
No tengo datos que soporten mi teoría, pero yo diría que todas las personas que empiezan a cantar lo hacen a la vez que escuchan canciones.
A mi modo de ver, es muy lógico y natural.
Pero si quieres cantar, es un hábito que no te ayudará.
Debes desprenderte de él.
Al principio está bien sentir el apoyo del cantante original.
Te ayuda a cantar con más seguridad, pero también hace que tu atención se centre en su voz, no en la tuya, que es lo que al final importa.
Cada vez que cantas con la ayuda de esta muletilla, te vas a acostumbrando a necesitarla, y cuando llegue el día que tengas que quitarla, aparecerán algunos problemas.
Principalmente de inseguridad, pero puede llegar a afectar a tu técnica.
¿Cómo puede ser?
Un aspecto importante de tu entrenamiento como cantante es aprender a relacionar lo que cantas con cómo suena desde fuera.
Si al cantar tu atención está centrada en el cantante de la canción, tu cerebro crea conexiones entre cómo estás cantando y lo que estás oyendo.
En otras palabras, tu cerebro entiende: si canto así, sueno asá.
Si estás cantando incorrectamente, relacionas una mala técnica con un buen sonido, pero la realidad es otra y pasa desapercibida, por el simple hecho de que tu atención no está puesta en tu voz, donde debería estar.
Empieza ya a ser consciente de cómo suena de verdad tu voz, porque sólo así podrás empezar a corregir tus errores.
Desde un punto de vista más artístico, cantar con canciones que ya tengan voz a veces te puede ayudar para copiar el estilo de los cantantes que te gustan.
Personalmente lo veo bien, porque al final aprendemos de los grandes.
La pega es que, si no te permites cantar con pistas de música sin voz, no vas a poder desarrollar tu estilo propio y, artísticamente, no tendrás mucho que decir.
Creo que copiar es una buena forma de aprender, pero no te quedes ahí.
Añade tu personalidad a la mezcla.
Hemos hablado con mucho detallle sobre aprender a cantar imitando aquí y aquí, por si te interesa más este tema.
Raíz #10: El canto es una actividad física. ¡Utiliza tu cuerpo!
Por supuesto que cantar es una actividad física, pero no es halterofilia.
Es una actividad física moderada.
No tienes que apretar tu abdomen para cantar con potencia.
Aunque veas a cantantes que lo hagan bien que parece que sufran cuando cantan (especialmente notas agudas), no quiere decir que eso sea lo correcto.
En nuestra sociedad actual, parece que cuanto más grites y más te cueste cantar, más emoción tienes o mejor cantante eres, o alguna chorrada de estas.
Desconozco el por qué, pero sí sé que no es nada bueno para la voz.
No lo digo sólo por la longevidad de ésta, también lo digo porque toda esa fuerza impide que la voz pueda funcionar correctamente y eso acorta el rango vocal y causa molestias y lesiones en la voz, a veces irreversibles.
Ser consciente de que cantar tiene que ser fácil te puede ayudar muchísimo, especialmente cuando estás practicando sin tener a un profesor de canto a tu lado.
Si tienes que quedarte con sólo una cosa de este artículo, que sea esta: si en algún momento sientes que tienes que hacer fuerza con tu voz al cantar, hay algo que estás haciendo mal. Deja de hacerlo y trata de eliminar esa fuerza.
Raíz #11: No tienes el talento necesario para cantar
¡¿Otra vez con habilidades innatas?!
Las habilidades se aprenden.
Hay personas que tienen facilidad para algunas cosas y otras personas que tienen facilidad para otras, pero estamos hablando de facilidad, no de capacidad.
¿Conoces el cuento de la liebre y la tortuga?
Por mucho “talento” que uno tenga, si no trabaja, hasta el menos talentoso con la mayor dedicación acabará siendo mejor que él o ella.
Raíz #12: Pero me va a llevar mucho tiempo cantar bien…
¿Qué quiere decir “cantar bien”?
Para algunos querrá decir ser famoso, grabar discos y hacer giras, mientras que para otros querrá decir poder cantar en reuniones familiares, con amigos o para uno solo.
Igual que ambas metas son completamente diferentes, el tiempo requerido para conseguir cada una de ellas (y todas las que se encuentran en medio) variará mucho.
Y no sólo el tiempo es importante, si no la dedicación que emplees.
No es lo mismo practicar sin objetivos claros, sin una guía, sin prestar demasiada atención, que practicar con un plan claro, personalizado y con toda la atención de tu mente puesta en ello.
Esto ya lo hemos explicado aquí en profundidad.
Raíz #13: ¡Es que no me saleeeeeee!
Es normal frustrase de vez en cuando, pero chiquilladas, ¡las justas!
Si fuera fácil, todo el mundo lo haría.
No olvides eso.
Es normal encontrarse con canciones o ejercicios que se te resisten más que otros, pero quejarte no cambiará las cosas.
Perdóname si soy un poco duro, pero cuanto antes salgas de ese círculo vicioso, antes mejorarás y antes te sentirás mejor, contigo y con tu voz.
Es imposible evitar caer en esa frustración.
Simplemente no dejes que te atrape.
De hecho, más de una vez te llevarás una sorpresa, porque muchos obstáculos de los que te encontrarás tienen una solución más rápida y fácil de lo que parece.
Con algunas cosas en la vida, el hecho de que las cosas lleven su tiempo es algo normal y ese tiempo no se puede cambiar.
Una madre hace a un niño en 9 meses, pero dos madres no hacen a un niño en 4 meses y medio.
De la misma forma, no puedes pretender tener una voz de infarto de la noche a la mañana.
Por eso es bueno entender que aprender a cantar es un proceso muy similar al de aprender a tocar la guitarra.
Raíz #14: No tengo ni idea de teoría musical…
También conocido como solfeo, y la buena noticia es que no tienes por qué tener ni idea de teoría musical para poder cantar.
Si tienes la impresión de que un cantante sabe qué nota está haciendo exactamente en cada momento, me atrevería a decir que estás muy equivocado.
Sólo se me ocurren dos razones por las que ese cantante sí sepa qué notas está cantando:
- Que se haya estudiado las notas previamente.
- Que tenga oído absoluto.
* El oído absoluto es una habilidad que te permite escuchar una nota y saber cuál es, ya sea una nota de un piano, de una guitarra o de los gritos del vecino de arriba.
Puede ser interesante en algunos casos, pero nunca un requerimiento para poder cantar.
Dicho todo esto, si quieres aprender solfeo yo no seré quien te diga que no lo hagas.
Te ayudará en ciertos aspectos, especialmente si quieres componer canciones, aunque si sólo te encargas de componer la voz, tampoco es que sea necesario…
Raíz #15: Yo no sé tocar ningún instrumento
¿Y qué? No es necesario saber tocar ninguno.
Puede venirte muy bien si quieres acompañarte instrumentalmente mientras cantas, pero no hará que cantes mejor.
Sí te puede ayudar a familiarizarte con las notas más rápidamente, a detectar más rápido cuándo una nota está desafinada y algunas cosas más, ¿pero cantar mejor?
No, técnicamente no.
El hecho de que sepas moverte por las teclas del piano como Pedro por su casa no hará que los músculos de tu voz funcionen mejor.
Así que deja de preocuparte por eso y, si lo que quieres es cantar, empieza a entrenar los músculos que tienes que entrenar 🙂
Raíz #16: Soy demasiado viejo, demasiado joven, demasiado guapo, …
¡Demasiado nada!
¿Tienes 10 años? Cuanto antes empieces a afianzar una buena técnica vocal, antes disfrutarás más de tu voz y menos traumático será tu cambio de voz infantil a voz adulta.
¿Tienes 40 años? Cuanto antes empieces a aprender a utilizar tu voz, antes podrás disfrutar de ella.
En serio, nada importa.
Si lo que quieres es aprender a cantar, buscar este tipo de excusas no tiene sentido.
Lánzate a por ello, sin más.
Raíz #17: Tienes que aprenderlo todo sobre la voz para poder cantar
¿Desde dónde estás leyendo este artículo?
¿Un ordenador? ¿Un Smartphone?
O si estás leyendo esto en el 2034, ¿desde un dispositivo implantado en tu retina?
La tecnología…increíble, ¿verdad?
¿Tienes idea de cómo funciona cualquiera de esos cachirulos?
Toda esa circuitería, programación, las baterías eléctricas que utilizan para permanecer en funcionamiento, … ¡madre mía!
Si yo tuviese que encender una bombilla sin pilas, ni baterías, ni enchufes, mi mejor intento sería atar unos cables eléctricos a un hámster y hacerle correr en una rueda…
¡Pero no sé ni cómo funciona mi motosierra Trast-O-Matic 3000 y bien que la estoy usando para arrancar todas estas raíces!
No es necesario saber cómo funciona algo para poder utilizarlo y disfrutar de ello.
Céntrate en aprender a utilizar tu voz, no en saber cómo se llaman todos y cada uno de los músculos que la componen, de los ligamentos que se estiran o encogen cuando haces este o aquel sonido…
Todo eso da igual porque, por mucho que sepas, no cantarás mejor.
Por muchos libros que leas, por muchos vídeos que veas, no cantarás mejor.
La práctica te hará cantar mejor.
Deshazte cuanto antes de ese síndrome de Diógenes de recopilación de más y más información sobre el canto y ponte manos a la obra.
No se aprende a jugar bien al baloncesto leyendo libros.
A cantar, tampoco.
Raíz #17 + 1: ¡Soy súper constante y tengo mucha dedicación!
Hemos hecho un largo recorrido y ya hemos llegado a la última raíz.
Esta es una raíz extraña, porque parece que no es un hierbajo chungo, sino que es algo bueno.
¿Constancia? ¿Dedicación? ¿Quién no las querría?
Y de hecho son imprescindibles para aprender a cantar y para cantar mejor y mejor pero, como todo, cualquier cosa en exceso es mala.
Igual que practicar canto de uvas a peras no te hace avanzar, practicar durante 3 horas seguidas tampoco lo hará.
No lo hará a menos que descanses regularmente.
Hemos visto que la voz puede mejorar porque se compone de músculos, y eso es genial porque nos da una oportunidad de conseguir lo que muchos creen imposible: ¡cantar mejor o incluso aprender a cantar!
Pero los músculos se cansan, se fatigan, especialmente si aún no sabes utilizarlos correctamente.
Por eso es tan importante no sobrecargarlos.
Si les exiges demasiado, cuando tu técnica no es correcta, durante demasiado tiempo seguido (más de 20 o 30 minutos SIN PARAR NI UN MINUTO), tu voz se empezará a resentir.
Al principio ni lo notas, pero ahí está, y esa pequeña fatiga se va acumulando con otra pequeña fatiga.
Poco a poco, los músculos se van tensando y, sin darte ni cuenta, ves que te está costando un poquito más cantar.
Si lo ignoras y continúas, estarás cantando con ese poquito más de tensión, la cual irá creciendo más y más.
Al final acabas con la voz reventada, al día siguiente te cuesta cantar y necesitas un día o dos de descanso, ¡como mínimo!
Todo esto se podría haber evitado simplemente descansando un minuto cada 10 minutos, por ejemplo.
Sólo un ratito, sin hablar, sin cantar.
Nada.
Pruébalo la próxima vez que te pongas a cantar.
Verás que después de cada micro-descanso, tu voz estará en mejor forma.
¡Y ya hemos acabado de arrancar todas esas raíces que nos retienen aquí! Si en tu camino hacia tierras más fértiles te encuentras a otras personas en la misma situación, comparte este artículo con ellas 🙂
me gusta mucho su pagina es muy buena y me da mucha risa leer tu post carlos los felicito por todo y por apoyar nuestro sueño de aprender a cantar.saludos!!!
jajaja, muchas gracias, Natalia! 🙂
Que buen Podcast 🙂
Eh leído por ahí que para cantar mejor se usan las manos 🤔😂
Hay alguna vez es útil utilizarlas, pero no suele ser lo habitual!